¿Qué debo renovar este año nuevo?

Amado Señor Jesús, ayúdame a renovar mi mente para vivir conforme a tu Palabra y poder someter todos mis planes a tu voluntad buena, agradable y perfecta. Así podré bendecir a todos los que están a mi lado, viviendo para glorificar tú nombre. Amén.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2

Cuando el apóstol Pablo habla acerca de renovar el entendimiento, nos está pidiendo cambiar la perspectiva de la vida que hemos llevado hasta ahora, nuestra mentalidad que se ha conformado a los patrones de este mundo, que nos mantiene en pecado y que nos alejan de la voluntad de Dios.
Cada año que empieza nos hacemos nuevos propósitos, nos decimos a nosotros mismos que vamos a cambiar en varios aspectos de nuestra vida, hacemos promesas a los que nos rodean de que seremos mejores. Lastimosamente cada año es lo mismo y no vemos realmente un cambio significativo en nuestra vida. Esto sucede porque no hay una verdadera renovación de nuestra mente, porque no sometemos nuestra voluntad a la voluntad de Dios, porque todo lo hacemos en nuestras propias fuerzas, porque no permanecemos con el Señor y en su Palabra. Bien dice Jesús en Juan 15:5 “el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.

Cuando tenemos una relación continua, sincera y de amor con el Señor es más fácil conocer su voluntad buena, agradable y perfecta. Deberíamos preocuparnos más por esto, entonces seríamos más sensatos para vivir, haciendo lo que realmente le agrada a Dios. Pidamos como dice Pablo en Colosenses 1:9 “ser llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”.

La esencia del éxito en la vida cristiana, es la renovación de la mente para que podamos reconocer y poner en práctica la voluntad de Dios en cada situación que enfrentemos. Dios nos ha dado su Palabra como guía y su Espíritu que cambia nuestro corazón y nuestra mente desde nuestro interior, para que nuestra obediencia a Él sea natural y espontánea.

Oremos pidiendo que se haga la voluntad de Dios en nosotros, entonces será más fácil someter nuestra mente a su Palabra y llevar una vida conforme a sus propósitos. Si entregamos cada aspecto de nuestra vida al control del Espíritu Santo, seremos bendecidos y daremos el fruto que Él quiere en este año que viene.