Prosigamos nuestra carrera espiritual hasta la meta
2016-12-30
1. Oración inicial
Padre Celestial, gracias por las personas cuya fe y devoción a ti han sido un fiel ejemplo y testimonio para nuestras vidas. Te pedimos por nuestros pastores, padres y maestros que han esculpido nuestras vidas con tu amor y nos han enseñado a colocar nuestra mirada solo en ti.
2. Lee la palabra de Dios
«No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.», Filipenses 3: 12-21
3. Reflexiona
La Biblia es nuestra señal de guía que indica si progresamos o retrocedemos en nuestra carrera en la vida espiritual. El Señor quiere que nos extendamos hacia adelante, esforzándonos, con las manos y con los pies, como quien corre la carrera. El cristiano siempre se sentirá desconcertado por el contraste entre lo que es y lo que desea ser. Nuestra meta como la de Pablo, debe ser conocer a Cristo, ser como Él, y ser todo lo que Cristo piensa en cuanto a nosotros. Esta meta debe absorber todas nuestras energías. Es un ejemplo valioso para nosotros. No debiéramos permitir que nada aparte nuestros ojos de la meta: El conocimiento de nuestro amado Jesús. Debemos tener la concentración de un atleta en entrenamiento, debemos poner a un lado todo lo que es perjudicial y olvidarnos aún de las cosas buenas que podrían distraernos e impedir que seamos cristianos efectivos. ¿Qué te lo impide? Es importante desarrollar una disciplina de estudio bíblico y oración y poder dar ejemplo como lo hizo el apóstol Pablo: «No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús».
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn