Postrados adorémoslo
2017-12-25
1. Oración inicial
Señor eres mi Salvador, como los pastores de Belén quiero glorificarte y alabarte, porque has traído esperanza y luz a mi vida. Jesús, reina en mi corazón, sánalo y transfórmalo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”. Lucas 2:15-20
3. Reflexiona
Te has preguntado alguna vez ¿por qué Dios escogió a unos sencillos pastores para que fueran los primeros en escuchar la buena noticia? Era un grupo despreciado por los religiosos de ese tiempo porque no cumplían todos los detalles de las ceremonias religiosas, como lavar bien sus manos, ya que permanecían en el campo con el rebaño. Pero fueron los primeros que recibieron el mensaje de Dios. Se puede hacer una similitud con el hombre pecador, su vida no está limpia, pero Dios se acerca por medio de su Hijo Jesucristo, para darle perdón.
Estos pastores que cuidaban los corderos que después se sacrificaban en el templo, fueron los primeros en ver al Cordero de Dios, aquel que venía a este mundo para cargar con todos los pecados de la humanidad. Recordemos que el Señor Jesús fue criticado por sentarse a la mesa con los publicanos y los pecadores, a lo que Él contestó: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”.
El Señor solo busca un corazón contrito y humillado, que reconozca su pecado, para perdonarlo, sanarlo y restaurarlo. Esa es la esencia del evangelio, el Señor no vino a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Recordemos lo que dice 1 Corintios 1:27-28 “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es”.
Cuando Jesús trasforma las vidas manifiesta su poder y su gracia. Avergonzará a los que se creen buenos, sabios, fuertes y que no buscan el favor de Dios. Un corazón sencillo y humilde siempre hallará el camino hacia Cristo. Abramos los corazones a las buenas nuevas de salvación, como lo hicieron los humildes pastores “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”. Lucas 2:10-11
La señal que el ángel les dio era que encontrarían a un niño en un pesebre; un contraste abrumador entre lo que se les había dicho de Él y la condición humilde en que lo iban a hallar: “el Salvador del mundo, echado en un pesebre”. Esto muestra la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor, siendo todo un rey en majestad, se despojó a sí mismo, para darse a nosotros.
Hoy la buena voluntad del cielo para los hombres sigue manifestándose. Llenémonos de gozo y alegría como lo hicieron los pastores, glorifiquemos y alabemos a ese Dios majestuoso, que sigue acercándose al corazón de los seres humanos para salvarlos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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