Poniendo la mira en las cosas de arriba
2016-09-21
1. Oración inicial
Gracias amado Jesús, por la vida abundante que me ofreces, será más fácil vivirla en tu compañía. Contigo tengo todo lo que necesito. Quiero entender mi realidad espiritual. Que mi vieja vida ya ha llegado a su fin y que ahora puedo disfrutar de una vida nueva. Anímame a vivir de manera diferente porque he resucitado contigo y esa vida escondida en ti, se haga visible y palpable para otros. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”, Colosenses 3:1-3
3. Reflexiona
Gracias al Señor Jesucristo, no solamente nos identificamos con su cruz, sino que también nos identificamos con su resurrección. Esta identificación con Cristo se hace realidad cuando lo aceptamos en nuestro corazón. Cuando experimentamos el nuevo nacimiento y saltamos de la línea de la condenación, para paramos en la línea de la vida eterna, donde está Cristo. Él se cruzó en nuestro camino. Todo esto se simboliza en el bautismo, cuando estamos sepultando nuestro viejo hombre y levantándonos victoriosos a una nueva vida.
Colosenses es una realidad presente, Dios nos ve escondidos en Cristo. Está en un tiempo perfecto, lo que significa que el estar escondidos fue una acción que se realizó en el pasado, pero que tiene sus resultados en el presente y sus efectos eternos.
Entonces Dios, nos ve justos, santos y amados, bañados con la sangre del Cordero. Nuestra vida eterna ya ha comenzado. Este mensaje alentador debe llevarnos a cambiar nuestra conducta, a vernos como Dios nos ve y a actuar de acuerdo a ello.
Ya somos habitantes de los cielos, este es nuestro estado espiritual. Sin embargo, tenemos que vivir nuestra condición terrenal, en el tiempo que Dios lo disponga, para poder ser instrumentos de Dios en este mundo y cumplir con el mandato divino de llevar el evangelio a toda criatura.
Entonces, ¿por qué, nos angustiamos y colocamos tanto nuestra mirada en las cosas de la tierra? Pongamos la mirada en las cosas de arriba que son eternas. La mirada en el Cristo Victorioso, que está sentado a la diestra de Dios. Posición que ocupa por su señorío y por su victoria total.
¿Para qué gastar todas nuestras energías y nuestros pensamientos en cosas mundanas, buscando modelos terrenales a quienes seguir, para alcanzar el anhelado éxito humano?. Ya tenemos como modelo a ese Cristo exaltado hasta lo sumo, que se levantó glorioso de la muerte y que nos ha entregado todas sus riquezas en gloria, para que las disfrutemos con Él, por la eternidad.
No solamente hay que buscar lo de arriba, sino ocupar nuestra mente en ello, para eso debemos renovar nuestro entendimiento y dejar todos esos paradigmas, usos, costumbres y creencias establecidas de verdades a medias; en los que hemos vivido por tanto tiempo; y comenzar a vivir nuestra realidad espiritual.
Cuando nuestra mente se renueva entonces nuestras acciones se renuevan y estaremos viviendo para Dios y como a Él le agrada, llenos y controlados por su Santo Espíritu. Buscar lo de arriba no es apartarse del mundo, sino por el contrario, tenemos que permanecer para ser sal y luz al mundo con todos los valores de arriba.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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