Pongámonos de acuerdo. Parte 2
2021-02-10
1. Oración inicial
«Padre, te pido, por amor a Cristo quien nos unió con sus brazos extendidos en la cruz, que con mis hermanos en la fe tengamos un mismo pensar y sentir, y que por el puro afecto de tu voluntad, tengamos esa comunión llevándonos a que el mundo mire la grandeza de tu amor derramado en nuestro corazón. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” Juan 17:21
3. Reflexiona
En un mundo dividido, ponernos de acuerdo es todo un reto, pero la Biblia nos habla que podemos ser uno a pesar de la diversidad, es decir, siendo todos diferentes, en la fe de Cristo, somos uno. Porque tenemos al Espíritu de Dios morando en nuestro corazón y Él nos une, nos hace un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-27).
Claro, Cristo nos aparta del mundo y sus enfoques de mentira, pero nos une en un solo cuerpo, la iglesia, conformada por todos los que creen en su nombre.
Somos uno, en la práctica, porque compartimos y estamos llamados a tener el mismo pensamiento, voluntad y sentir que hay en Cristo (Filipenses 2:5-8).
Pensamiento, porque tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), así que estamos llamados a un mismo entendimiento por el conocimiento de Cristo y a cambiar nuestra forma de pensar para conocer su voluntad (Romanos 12:2).
Voluntad, porque es el llamado que todos tenemos para colocar en acción su Palabra y hacer la obra que nos ha mandado a hacer, la obra del amor, la de amarnos unos a otros (Juan 15:12), y así decir y hacer como Cristo nos enseñó: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” (Juan 4:34b).
El sentir, como dice la escritura “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”, (Filipenses 2:13), y es un sentir que nos lleva a la acción, pues es dirigido por la voluntad de Dios.
Esto nos llevará, sobre todo, a que no haya divisiones entre nosotros, porque como nos reafirma la escritura: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.” (1 Corintios 1:10)
Así que hermanos, somos uno en Cristo, y tenemos un llamado que hace que esta unión tenga un propósito eterno, que comienza desde el momento que recibimos a Cristo como Señor y Salvador, por esto ¿ya nos pusimos de acuerdo con nuestros hermanos? Vamos, entonces, a vivir en comunión unos con otros, por amor de aquel que nos hizo uno con el Padre, por medio de su Espíritu, y unir con su Palabra y amor, a un mundo dividido por la mentira y el pecado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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