Pensamientos de poder
2023-05-30
1. Oración inicial
«Padre quiero mantener mi mente llena de tu Palabra pues veo el gran beneficio que produce en mi vida el aferrarme a tu verdad, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
«Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.» Salmos 3:5
3. Reflexiona
¿Quién no ha admirado la fe de David? En lo personal yo lo hago, pues me impacta cómo aún en medio de circunstancias tan difíciles, como la persecución, podía decir con toda convicción y seguridad que confiaba en Dios. Y claramente las palabras que vemos en éste salmo no son producto de las emociones, ni de las buenas circunstancias que estuviera atravesando, sino de la fe, pues la fe es: “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1).
No es casualidad que todo éste mes Dios nos haya hablado acerca de las emociones, porque recordemos: Las acciones son el resultado de nuestras emociones, y las emociones a su vez son afectadas por los pensamientos que tenemos. Por ello la fe es trascendental para mantener en equilibrio, tanto nuestros pensamientos, como emociones y por supuesto nuestras acciones, pues a medida que creemos y llenamos nuestra mente de la verdad revelada en las Escrituras, se producirán en nosotros emociones correctas que nos llevarán a actuar de manera correcta. Y esto es lo que vemos en el ejemplo de David, pues sus pensamientos estaban impregnados de la verdad de Dios y a lo largo de los Salmos lo podemos comprobar: «Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré?, Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?» (Salmos 27:1), “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” (Salmos 18:2), “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.” (Salmos 3:3), entre otros.
Esos pensamientos de poder, llenos de fe en la palabra del Señor, daban como resultado en la vida de David, paz, que se produce no por la ausencia de problemas, sino como fruto del Espíritu Santo: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7, Isaías 26:3, Gálatas 5:22), pensamientos de poder que dieron equilibrio a sus emociones y que terminaron reflejándose en sus acciones: “Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.” (Salmos 3:5).
Es tiempo de reflexionar, ¿qué tipos de pensamientos estamos albergando en nuestra mente, pensamientos llenos de fe, de poder?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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