Paz en medio de la tormenta

Gracias Señor, porque a pesar de la dificultades soy mas que vencedor por medio de Cristo y tengo una esperanza verdadera, una vida llena de paz en medio de las pruebas de la vida, una vida llena de luz en medio de tanta oscuridad.

«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.» 2 Timoteo 1:7

No es en mi fuerza, es en la fuerza de su Espíritu, no es mi amor el que doy, es el amor derramado en mi corazón por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 5:5), no es mi autodeterminación, sino la capacidad que El me dio en la cruz para vencer el pecado, para que no tenga poder sobre mí la maldad. El cordero de Dios me concedió la libertad y todo el amor que no existía en mi corazón para continuar viviendo una vida en victoria a pesar de todas las dificultades que existen en un mundo caído, debido al pecado. ¡Qué maravilloso y completo acto de redención, no sólo son rotas las cadenas de opresión, también nos son concedidos privilegios celestiales (1 Pedro 1:3). Esto es, mediante las promesas escritas en su palabra es que tengo acceso a los tesoros celestiales, los cuales no son materiales, sino abundante gracia, amor, misericordia, paz verdadera (2 Pedro 1:3-4).
Una herencia incorruptible, en medio de un mundo corrupto, amor en medio de un mundo vacío, paz en medio de un mundo lleno de angustia, esperanza verdadera en medio de un mundo lleno de desánimo, perdón de pecados en medio de un mundo lleno de pecado. Si estamos pasando por dificultades o pruebas, alegrémonos porque en el Señor todas las cosas están dispuestas para ayudarnos, para darnos crecimiento, para fortalecer y acrecentar la santidad con que veremos muy pronto a Jesucristo (Romanos 8:28).