Para mí el vivir es Cristo

Amado Padre, pese a todas las circunstancias de mi vida, alegres o tristes, me gozo en tu presencia, alabo y glorifico tu santo nombre, y llevaré tu evangelio por donde quiera que yo vaya, porque para mí el vivir es Cristo. Amén.

“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás”, Filipenses 1:12-13

¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún. Filipenses 1:18

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”, Filipenses 1:21

Pablo escribe a los filipenses una carta llena de regocijo, a pesar de que la escribía estando encadenado en una cárcel romana. Los historiadores afirman que Pablo escribió a los filipenses justamente cuando Nerón comenzaba a arrojar a los cristianos a los hambrientos leones y a quemarlos como antorchas para iluminar sus banquetes.
¿Cómo puede un hombre racional escribir con gozo cuando su vida está seriamente amenazada? En un ambiente tal ¿cómo es posible que prospere el gozo? Es así que vemos que ni aún la situación deprimente de estar preso incomodaba a Pablo.
Y fue en Filipos, en la primera visita, donde Pablo fue encarcelado junto a Silas. Sin antes haberles rasgado sus ropas y azotarlos con varas, los metieron «en el calabozo de más adentro», y les aseguraron los pies en el cepo.
A medianoche, Pablo y Silas oraron y cantaron himnos a Dios, y la cárcel se abrió y las cadenas de todos se soltaron, pero ellos no se fugaron (Hechos 16:22-31). Dios utilizaba esta experiencia para extender el evangelio, pues el carcelero preguntó «[…] ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa», Hechos 16:30b-31.
Concluimos que la vida cristiana no depende de lo que nos rodea, ni depende de otros, sino de lo que hay dentro de nosotros, es decir Cristo. Pablo resumió su doctrina de vida en esta frase: vivir es Cristo, y morir es ganancia.