Palabra de ánimo, fortaleza y obediencia

Amado Dios, en ti busco ánimo y fortaleza, sólo en ti encuentro todo cuanto necesito para continuar por donde quiera que yo vaya. Tomaré tu Palabra como la guía a mi camino y meditaré de continuo para hacer conforme allí está escrito. Gracias Señor, amén.

«Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditaras en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas», Josué: 1:7-9

Josué fue un valiente general, sirvió con lealtad a Moisés y gran devoción a Dios, y fue su sucesor. A Josué se le había prometido «Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie» (Josué 1:3). Dios le comunicó a Josué su misión y su mandato y esta tarea no era fácil, pues daba inició a la nación en una nueva modalidad de vida. El viaje por el desierto quedaba atrás, había entrado a una nueva tierra y tenía que tomar posesión de ella, lo cual tenía sus complicaciones.
Hablando comparativamente, se nos dice a nosotros que somos bendecidos «con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (Efesios 1:3). Desafortunadamente, muy pocos creyentes toman posesión de las bendiciones espirituales que les pertenecen, somos como los israelitas, en que han sido bendecidos con toda bendición espiritual, y sin embargo, viven en la pobreza espiritual, sin haber tomado posesión de esas bendiciones. En Jesucristo recibimos salvación, liberación y la posesión de bendiciones espirituales.

Dios también le mandó a Josué que se esforzase y fuese valiente, pues no estaría solo y le menciona el «libro de la ley», pues Moisés había registrado fielmente todo lo que Dios le había revelado, así que los primeros cinco libros de la Biblia estaban a disposición de Josué. No debían apartarse de aquellas instrucciones de la palabra escrita. Debían meditar en ellas y cumplirlas.

De igual manera, nosotros debemos esforzarnos y ser valientes, porque el ser humano, vive en la oscuridad, espiritualmente hablando. Por eso tenemos la Palabra de Dios como guía para nuestra vida, que es “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino» (Salmo 119:105).