Nuestro Dios grande y fuerte
2024-10-19
1. Oración inicial
«Señor, gracias porque mi fe está basada en la experiencia de mi relación contigo. De nuevo confío mi vida en tus manos. Hoy quiero alabarte y adorarte. Ayúdame a proclamarte al mundo con mi vida y mis labios; y decir que hay un Dios grande y poderoso que es bueno y que sustenta todas las cosas que Él creó. Tengo muchas razones para depositar mi confianza en ti. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mandase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo”. Daniel 3:4-6
3. Reflexiona
Al estudiar la verdad de la Palabra de Dios creceremos en la fe y proclamaremos valientemente que “hay un Dios y que es grande”, contrario a lo que el mundo dice que: “Dios no existe”. Tengamos coraje de declarar que hay un Dios a pesar de lo que los demás puedan estar diciendo y haciendo.
Daniel y los tres amigos creían en su Dios y por lo tanto se negaron a contaminarse con la cultura babilónica, proclamaron valientemente que solo lo adorarían a Él. Daniel estaba convencido de que hay un Dios en el cielo, Daniel 2:28, con esa convicción se enfrentó a todas los desafíos y pruebas en Babilonia, la revelación de los sueños, arriesgar su vida y la de sus amigos al ser amenazados con el horno de fuego y el foso de los leones, por su firme creencia en un Dios que existe y su compromiso de solo adorarle a Él.
Cuando tenemos una firme convicción de quién es nuestro Dios y lo que es capaz de hacer, entonces podemos, como los amigos de Daniel, defender nuestra fe. “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. Daniel 3:17-18
Así como Daniel reconoció que todo lo que el Señor le había dado era por su gracia, al darle el don para interpretar sueños; nosotros debemos reconocer que Dios nos ha dado todo lo que tenemos, que Dios nos ha puesto en la posición en que estamos y que Dios nos ha hecho quienes somos.
Proclamemos la grandeza de Dios y digamos como el salmista: “Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”. Salmos 135:5-6
Declaremos que Dios es bueno, que Él creó el mundo y lo sostiene; y nos rodea de su maravillosa protección, estas evidencias deben sustentar nuestra creencia de su grandeza y fortaleza. Respondamos ante eso con alabanza y adoración.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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