Nuestra siembra no es sólo material
2018-06-27
1. Oración inicial
Gracias Señor por hacer abundar toda gracia en mí y por proveer todo lo que necesito. Toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de ti. Ayúdame a bendecir a otros con lo que me das y a sembrar tu Palabra a mi alrededor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios”, 2 Corintios 9:6-11
3. Reflexiona
¿Podemos perder algo haciendo lo que a Dios le agrada? De ninguna manera, pues el Señor es el que nos abunda en toda gracia, haciendo que tengamos de todo, para poder suplir también las necesidades de otros. La abundancia es la semilla que nos da para sembrar. No nos cansemos de hacer el bien porque es más bienaventurado dar que recibir. No se trata de sembrar solo lo material, sino de sembrar la semilla del evangelio que debe abundar en nuestros corazones, llevando amor, consuelo, reconciliación a nuestros semejantes.
La cosecha se limita a la forma de sembrar. Hemos sido dotados de toda semilla espiritual y material para ayudar a los demás. Nuestras semillas deben ser buenas y darán en el tiempo de Dios frutos buenos. Si sembramos escasamente nuestra cosecha también será escasa. Nuestra siembra también depende de nuestra relación con Dios. Si somos escasos con Él no tendremos suficiente semilla espiritual para sembrar a nuestro alrededor. Cuando somos ricos con Dios, nos llenará de semillas y veremos una cosecha de bendiciones a nuestro alrededor.
El Señor por su gracia suplirá todo lo que nos falte, con el fin de que abundemos en buenas obras para con otros. Cuando damos de lo que Dios nos da, no solamente suplimos necesidades espirituales y materiales, sino que movemos a las personas a dar gracias a Dios. Al dar espiritualmente a los demás revelamos la gracia del Señor.
Pidamos al Señor que nos haga abundar en todos los frutos del Espíritu Santo (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza), para poder sembrar en este mundo tan necesitado. La mies es mucha y los obreros pocos, pidamos al Señor que nos lleve a la mies para sembrar su gloriosa Palabra y que nos abunde en bendiciones para poder suplir las necesidades de otros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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