Nuestra nueva identidad como hijos de Dios
2016-12-10
1. Oración inicial
Gracias Señor por ser nueva criatura, hechura tuya, redimido por la sangre de tu Hijo, apartado para ti, porque soy tuyo, y si estás conmigo no temeré.
2. Lee la palabra de Dios
«Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.», Isaías 43:1-7
3. Reflexiona
Los creyentes verdaderos somos preciosos a los ojos de Dios; su complacencia está en nosotros por sobre cualquier persona. Aunque pasemos por agua y fuego, mientras tengamos a Dios, no tememos mal alguno; seremos levantados y sacados. Nos creó haciéndonos especiales para Él. Nos redimió y llamó por nuestro nombre para que fuéramos de Él. Dios protege a sus hijos en tiempos difíciles. Nosotros somos importantes para Dios.
También nos llama por nombre y nos da su nombre, por eso nunca debemos hacer nada que le avergüence. Al pasar por aguas de tribulación quizás nos ahoguen o nos obliguen a crecer más fuertes. Si vamos con su fuerza, Él nos protegerá. Somos la niña de sus ojos, nos amo sin medida y se entregó por cada uno de nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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