Nuestra mayor esperanza verte cara a cara
2017-01-07
1. Oración inicial
Dios de esperanza, esperamos el momento en que nos veremos cara a cara contigo, mientras esperamos, ayúdanos a amar generosamente y a servirte fielmente, tambien permitenos disfrutar de la llenura de tu Espíritu sintiendo tu presencia cada día.
2. Lee la palabra de Dios
«Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida,que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.», Apocalipsis 22:1-5
3. Reflexiona
Cuantas bendiciones tiene Dios para sus redimidos, una vida abundante que provee todo lo necesario incluyendo la salud perpetua. Habrá un gobierno divino perfecto y sus hijos, los santos, le servirán con deleite. La maldición de Dios en el paraíso es quitada para siempre y veremos su rostro, gozando de un perfecto compañerismo con Dios y el Cordero, como al principio. Los arroyos de consuelo terrenal no se comparan con los claros y refrescantes arroyos que nos promete la Palabra de Dios en la eternidad, porque dan vida y preservan la vida a todos los que gozan de ellos. Hoy las influencias vivificantes y santificadoras del Espíritu Santo, aplican la salvación a nuestras almas pecadoras, al hacernos entender y creer que Cristo murió por nosotros, nos perdonó los pecados y nos dio vida eterna.
La presencia de Dios en el cielo es la salud y la dicha de los santos. Este árbol de vida era un símbolo de Cristo y de todas las bendiciones de su salvación; y las hojas para sanar las naciones significan que su favor y presencia, suplen todo el bien a los habitantes de ese mundo bendito. El diablo ya no tiene poder allí; no puede desviar a los hijos de Dios ni puede perturbarlos en el servicio a Dios. El servicio será ahí no sólo libertad, sino honor y dominio. No habrá noche; ni aflicción ni congoja, nada de pausas en el servicio, nada de diversiones o placeres de invención humana serán deseados allí. Será la plenitud completa en la presencia de nuestro Amado Salvador.
Esa plenitud debemos empezarla a vivir desde el momento en que Cristo entra en nuestra vida sólo por la unción y el poder de su Santo Espíritu. No desperdiciemos el tiempo llenándonos de cosas temporales, empecemos a disfrutar de la eternidad llenos y controlados por el Espíritu de Dios. Que como la brisa su Palabra renueve y refresque nuestro espíritu cada día y nos permite sentir la presencia de Dios, mientras esperamos esa promesa donde un día le veremos cara a cara.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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