Nuestra convicción frente al futuro. Parte 3
2025-03-07

1. Oración inicial
«Padre, tengo una esperanza firme en tus promesas, un futuro cierto, por esto puedo estar tranquilo en mi corazón, pero trabajando ardua y diligentemente en la obra que nos has puesto, de llevar la buena noticia de salvación por medio de Cristo a todo el mundo, para gloria de tu nombre, amén»

2. Lee la palabra de Dios
“todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”, Isaías 43:7
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”, Apocalipsis 21:1-4

3. Reflexiona
Entonces, ¿cuál debe ser nuestra actitud, nuestra fe correcta y por supuesto nuestro actuar, frente a la incertidumbre y el futuro? Permanecer fieles mientras llega el cumplimiento de todas las promesas, disfrutando de su provisión pero trabajando arduamente en la obra del Señor: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58) y también que entendamos que los planes de Dios siempre serán mejores que los nuestros.
Podríamos estar como Israel en una situación de aparente desolación y dificultad, pero el Señor lo usará para su gloria y para nuestro bien.
El caso de Israel en el exilio, nos debe llevar también a preguntarnos por nuestro estado interior, en el sentido de conmovernos para no dormirnos y no estar en una actitud pasiva frente al avance del mal en el mundo, somos los llamados de su nombre para gloria suya, para ejecutar los planes de Dios presentes que llevaran a otros a tener un futuro cierto, de bendición y lejos de la maldición de no conocer al Señor.
Israel perdió su norte como pueblo de Dios y terminó siendo castigado, recibiendo el pago de desviarse de su propósito, nosotros no hemos sido llamados para estar cuidando el templo, o la casa en la que vivimos o las cosas de este mundo sino para que a través de ellas sirvamos y glorifiquemos a Dios.
Hermanos no nos desviemos del propósito y permanezcamos fieles al Señor, llevando su buena palabra a todos los que la necesiten, el evangelio de salvación.
Esta debe ser nuestra convicción sobre el futuro: obedecer al llamado de Dios manteniéndonos fieles a su Palabra, mientras ocurre la victoria final ya prometida por el Señor. (Apocalipsis 21:1-4)

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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