No tengas miedo de confesar tu fe.
2020-06-04
1. Oración inicial
«Señor Jesucristo, sé en quién he creído, por eso mi seguridad en el carácter y mi fidelidad a ti superan cualquier sombra de duda que aparezca ante mí. Enséñame a orar como Elías, confiando en tu Palabra y respóndeme para que los que me rodean sepan que eres Dios y vuelvan sus corazones a ti. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho”. 1 Reyes 18:24-26
“Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” 1 Reyes 18:36-39
3. Reflexiona
Quizás esta es una de las escenas más dramáticas que encontramos en la Biblia, el desafío que Elías, profeta del Dios Altísimo, hace a 450 profetas de Baal para que invoquen el nombre de su dios, lo cual hicieron con gritos, histeria e hiriendo sus cuerpos para que les respondiera, mientras Elías observaba todo burlándose de ellos y diciéndoles que gritaran más fuerte porque su dios se había dormido y no les oía, mientras todo el pueblo de Israel miraba. Era una época de apostasía donde el pueblo de Dios no sabía a qué dios seguir, pues el rey Acab y su esposa con su paganismo lo corrompieron espiritualmente y lo apartaron de Dios.
Elías enfrentó una verdadera batalla espiritual contra Satanás y sus huestes que se habían apoderado de Israel, para demostrar quién era el verdadero Dios. A veces a nosotros nos pasa igual, en este mundo dominado por el enemigo, tenemos que librar batallas espirituales para hacer resplandecer la luz de Cristo en los corazones de las personas que están lejos de Dios por su ignorancia espiritual.
Para eso, como Elías tenemos que depender absolutamente de Dios, Elías pasó un buen rato reparando el altar donde haría el holocausto y esto aumentó la expectativa. Si queremos que se manifieste la presencia divina a través de nosotros debemos empezar por restaurar el altar de nuestro corazón para que otros conozcan a Dios, esto sólo se logra con oración, meditación de su Palabra y una fe viva.
Elías había hecho todo de acuerdo a la voluntad de Dios, siguiendo el propósito divino. Si queremos que Dios actué a través nuestro, debemos tener esto en claro para recibir respuesta y bendición de Dios, por eso la oración de Elías no fue para engrandecerse él, sino para mostrar la gloria de Dios en medio de un pueblo incrédulo y eso fue lo que puso a Dios en acción.
Cuando tenemos confianza y seguridad en Dios, podemos ser audaces y desafiar cualquier cosa que se levante en contra de Dios, Él siempre nos respaldará, sacará a relucir la verdad y mostrará su gloria en medio de las situaciones difíciles. Como dice Romanos 8:31: ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? No tengamos miedo de confesar nuestra fe a otros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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