No te preocupes por el mañana. Parte 2
2016-11-04
1. Oración inicial
Señor, coloca en mi esa hambre espiritual de conocer cada días más de tu Palabra, porque tu Palabra es el verdadero alimento que sostiene mi vida. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?», Lucas. 12: 26
3. Reflexiona
El valor que tenemos es inmenso para Dios, tanto así que dió a su Hijo unigénito en pago por nuestros pecados, no mereciendo más que un destino de muerte y desolación eterna. Cuando creemos y recibimos a Jesús, cuando dejamos nuestra vida bajo su control, Dios nos toma bajo sus alas; el Salmo 91:9 nos enseña claramente que su protección viene como resultado de la confianza en Él, de haberlo puesto como habitación, es decir es una decisión fundamental de colocar a Dios como nuestro refugio. Si está lloviendo afuera y con mucho frío, buscamos un abrigo, un lugar donde calentarnos y protegernos del inclemente clima, cuánto más en nuestras adversidades, podemos sin dudarlo ir a la habitación celestial, al refugio de sus brazos, por medio de Jesús.
Si Dios alimenta y da refugio a las aves, cuánto más a nosotros, tendremos no solo el alimento material o no solo una habitación física, sino su presencia y su Palabra que nos alimenta para darnos vida verdadera. Su Palabra es el alimento que Él nos da a diario para sostenernos, busquemos este alimento cada mañana para enfrentar con sabiduría y calma las dificultades de cada día.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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