No te apresures a prometer

Soberano Dios, ayúdame a no apresurarme a hablar y prometer lo que no puedo cumplir. Solo quiero doblegar mi corazón delante de ti para adorarte y exaltar tu santo nombre. Te amo Señor. Amén.

«Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”, Eclesiastés 5:4-6

Dios dio ciertas leyes concernientes a las promesas. En la cultura israelita, el hacer votos era un asunto serio. Los votos eran voluntarios, pero una vez que se hacían, eran inquebrantables. Ahora cuando usted hace algún trato con Dios, es mejor que cumpla lo que dice, porque Dios tomará su palabra y le considerará responsable por ello.
Salomón advierte que no deben hacer votos necios a Dios. Es muy incauto hacer votos que no se pueden cumplir o cumplir a medias. Es mejor no prometer que hacer una promesa a Dios y no cumplirla. La Biblia dice: “cumplirás al Señor tus juramentos”.

Pero algunos parecen no darse cuenta de que están tratando con un Dios vivo, real, atento a nuestras palabras y pensamientos, y viven al margen de la voluntad de Dios. Tenemos que tomar muy en serio nuestra familiaridad con Dios. Aquí dice que una promesa apresurada produce desagrado a Dios, y puede resultar en la destrucción del fruto de su trabajo. Y así, se habrá demostrado que tal trabajo, era vano e inútil.

Así que, no permitas que tu boca haga promesas que no puedas cumplir y te hagan así pecar. Y luego vanas son las excusas para justificar tu incumplimiento.