No hay condenación
2024-02-08
1. Oración inicial
«Señor Jesús, no solamente eres mi salvador sino que también eres mi abogado, me perdonas, me limpias, pero me das también tu amor para ser renovado y no quedarme en la condenación, pues en este estado no puedo dar fruto. Ayúdame a permanecer en ti y a llevar mucho fruto, viviendo en el Espíritu para hacer la voluntad del Padre. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie”. Zacarías 3:1-5.
3. Reflexiona
En esta visión que Dios le revela al profeta Zacarias, muestra al sacerdote Josué, que está con vestiduras viles, es decir ha caído en algún pecado o desobediencia. Muestra a Satanás acusandole ante Dios y al “ángel de Jehova”, que es nuestro Señor y salvador Jesucristo, pues la escritura revela que Él es nuestro abogado (1 Juan 2:1).
Además, nos ilustra este proceso de cómo Jesús, ante las acusaciones de Satanás, defiende al sacerdote Josué, lo perdona y lo viste de vestiduras blancas, pero también lo amonesta a permanecer en obediencia. Este hecho no lo podría mandar u ordenar un ángel, sino el mismo Dios, así que es una referencia clara al Señor Jesucristo y a su preexistencia (Juan 1:1-3).
La mitra sobre su cabeza representa la restauración de Dios, simboliza la purificación y la renovación de Josué, el sumo sacerdote, frente a las acusaciones de Satanás; pues las acusaciones de Satanás habían causado culpa y dolor porque Josué las había creído, y necesitaba que Dios le recordara su amor, su perdón y su gracia, por esto el Señor le dice a Satanás “¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?”, es decir, ya es un hijo de Dios, salvado por gracia mediante la fe (Efesios 2:8-9), entonces queda sin fundamento la condenación de Satanás y lo que hace el Señor es limpiarlo y restaurarlo.
Esto lo podemos tomar para nosotros, para ir a la presencia de Dios sea cual sea la situación en la que estemos, y llevando toda ansiedad, dolor, pecado y toda condenación, y pedir al Señor que nos limpie, pues él es nuestro abogado; esto nos lo confirma la Palabra para que sea determinante en nosotros y se vaya toda condenación: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34). Si Él intercede por nosotros, no hay condenación y luego de pasar por un conflicto con el pecado o la naturaleza pecaminosa no debemos tardar en ir hacia Cristo, no debemos quedarnos faltando a su amor, no debemos ocultar el pecado ni convivir con él, sino como contundentemente lo dice la escritura: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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