No hablarás contra tu prójimo falso testimonio
2022-09-10
1. Oración inicial
«Padre, ayúdame con el poder de tu Espíritu a vivir en tu verdad, dejando toda mentira y todo engaño, hablando con toda sinceridad y amor con mi prójimo. En el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.” Éxodo 20:16 RVR 1960.
3. Reflexiona
El noveno mandamiento nos advierte acerca de mentir haciendo daño a nuestro prójimo. No debemos mentir porque Dios no miente, mientras que, el enemigo el diablo es padre de toda mentira; por esta razón, el Señor Jesús cuando confrontó a los religiosos les dijo “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis” (Juan 8:44-45).
La mentira destruye la confianza y rompe relaciones; no existen las mentiras piadosas o una excusa que haga válido cambiar la verdad por la mentira, el daño que hacemos cuando mentimos es profundo. Pero, podríamos pensar tal vez que no es nuestro problema y afirmar que no hemos mentido, sin embargo, la palabra de Dios revela la profundidad de nuestro corazón: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4); entonces, todos hemos mentido y hay un castigo por hacerlo: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21:7-8).
Gracias al amor de Dios y su gran misericordia, hay una forma de no ir a este castigo y de cambiar esta conducta dañina, de no practicarla, y es, en arrepentimiento, pasar a ser parte de aquellos que dice la escritura “El que venciere”; que somos aquellos que tenemos a Cristo, que es la verdad en sí mismo, pues cuando recibimos a Cristo por medio de la fe, somos justificados y limpiados de todo pecado y se nos da el Espíritu para que, por el poder de su amor en nosotros, hagamos morir estas obras de mentira y falsedad, para poder practicar lo que nos insta la escritura “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos” (Colosenses 3:9).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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