No estéis en ansiosa inquietud
2023-04-01
1. Oración inicial
«Señor Jesucristo, hoy decido tomar este día para refugiarme en tu presencia, buscando la quietud que necesito, tú eres mi descanso y mi reposo; sé que es la única manera de reconfortar mi alma, descansar mi mente, mis emociones y mi voluntad colocándolas en ti para que me inundes de tus pensamientos, propósitos, fuerza y amor. Tengo que vaciarme para poder recibir tu poder y tu fuerza. En el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud”. Lucas 12:29
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:28-29
3. Reflexiona
Cuántas veces las preocupaciones nos abruman, permitimos que nos roben la paz y nos perturben el sueño. El Señor Jesucristo nos llama a no estar en ansiosa inquietud, a colocar nuestro corazón en paz. La única manera de poner nuestros pensamientos en orden y establecer prioridades es entrando en la presencia de Dios, estar con Él es entrar en quietud, hacer un alto a nuestro trajín diario y dedicar un tiempo a oír su voz. Si queremos descansar en el Señor Jesucristo y llenarnos de lo que necesitamos para alinear nuestra voluntad a la suya, debemos seguir el consejo de Isaías 30:15: “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis”.
El Señor le estaba advirtiendo al pueblo de Judá que no se volviera a Egipto y a otras naciones para adquirir fuerza militar, esto no los salvaría, sólo Él podía ser su ayuda. Cuántas veces en nuestro desespero buscamos apoyo donde no debemos, consultamos a otras personas, otras fuentes espirituales que sólo son falsos dioses, caemos en idolatría y en lazos del enemigo, porque generamos ataduras espirituales difíciles de romper. Judá debió esperar en Dios “en quietud y en confianza”. Dos actitudes que deberían gobernarnos antes de actuar a la ligera cuando vienen los problemas.
Recordemos que no importa la situación que estemos atravesando, sólo Dios puede librarnos y darnos nuevas fuerzas para seguir; entrar “en quietud y en confianza” es esperar en Él, deberíamos echar a un lado nuestro esfuerzo por querer controlar y hacer las cosas por nuestra cuenta, con acciones y decisiones precipitadas o con palabras imprudentes, que agravan más los asuntos y permitirle a Dios que actúe por nosotros.
Una herramienta importante para tener paz y tranquilidad es vaciar nuestra mente de todo pensamiento destructivo y negativo, llevándolo cautivo a la cruz de Cristo. Hacer un intercambio con las promesas y la verdad de Dios, decirnos: “me voy a vaciar”, o en términos modernos “me voy a resetear”, es la forma de regenerarnos y restaurar nuestra capacidad para tomar decisiones correctas y traer paz a nuestra mente y corazón, todo esto lo podemos hacer en oración como dice Filipenses 4:6-7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
El Señor ha prometido suplir todo lo que nos falta conforme a sus riquezas en gloria, esto no sólo es en lo material, Él nos suplirá de sabiduría, fuerza, paciencia, paz y todo fruto de su Santo Espíritu que necesitemos para estar tranquilos; pero también quiere que definamos nuestras prioridades, buscando primeramente su presencia, apoyándonos en sus promesas y confiando en que Él obrará en nuestra vida. Anhelemos su presencia para encontrar el descanso que necesitamos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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