No endurezcas tu corazón
2016-07-30
1. Oración inicial
Amado Señor, tú me has llamado a una entrega total, y te doy mi corazón sin reservas, quiero caminar contigo en santidad, libre de ataduras de la carne, amando tu verdad y obedeciendo a tu Palabra. Mi corazón es tuyo Señor. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal”, Proverbios 28:14
“Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre”, Deuteronomio 15:7
3. Reflexiona
Endurecer el corazón es una decisión propia, pues en esta actitud, se cierra el corazón para querer escuchar la voz de Dios.
Pero ¿que endurece nuestro corazón? En primer lugar el Pecado, pues nos aísla de la voluntad de Dios, muchas veces Dios nos deja de hablar porque persistimos en el pecado y así nuestro corazón comienza a endurecerse. La biblia nos cuenta de Salomón, que por la decisión que tomó ante Dios, fue bendecido con riqueza, sabiduría y muchas cosas más. Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. Toda la tierra procuraba ver y oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.
Aquí podemos ver a un rey prospero, con la bendición de Dios, pero le pasó como a muchos que en la abundancia su corazón se endureció. Dios le había puesto reglas a su pueblo y él se olvidó de ellas. La Biblia dice: “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses”. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón, ya no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.
Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de El, pues se le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová. Salomón endureció su corazón.
Siempre que el hombre pone sus ideas en el lugar que corresponde a Dios, siempre que sigue tercamente sus propios métodos, está en camino a tener un corazón petrificado, una conciencia insensible y unos ojos ciegos. Qué fácil es apartarse y endurecer nuestros corazones, pero es de nosotros la decisión.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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