No dejes el sabio consejo
2016-09-02
1. Oración inicial
Amado Señor, en los momentos difíciles, en esos días en que no sé que hacer y caigo en la desesperación, enséñame a confiar en ti y en tu Palabra, a refugiarme en tus brazos amorosos, a cobijarme bajo la sombra de tus alas, a seguir la guía de tu Espíritu y tus sabios consejos. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él.
Y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado diciendo: Disminuye algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros? Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre. Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones”, 1 Reyes 12:8-11
3. Reflexiona
El Señor es sabio cuando nos dice que desde la temprana edad debemos seguir los consejos y enseñanzas de nuestros padres y guardarlos en nuestro corazón, para que nos guíen en nuestro caminar por la vida. Pero es triste ver en esta porción de la Palabra de Dios, que el legado espiritual que Roboam pudo recibir de su padre Salomón, aparentemente no le ayudó a amar al Dios de Israel. Sus muchas ocupaciones no le dieron tiempo para aconsejar bien a su hijo.
Lastimosamente muchos padres están prestos a dar a sus hijos solo cosas materiales, excepto lo que ellos más necesitan: tiempo. Tiempo para escucharlos, para entenderlos, para ayudarlos, para orientarlos. Parece una tarea fácil y no lo es. Debemos sacrificar nuestros intereses y dedicar tiempo de calidad en nuestros hijos. Las muchas ocupaciones y distracciones nos pueden estar impidiendo sembrar lo más valioso en ellos, el amor a Dios.
Cuando desechamos el sabio consejo, nos exponemos a fracasar. Roboam no siguió el consejo sabio, sino el de jóvenes inexpertos. En Isaías 30:1 el Señor hace una dura advertencia: ““¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!”. Esto pasa cuando buscamos el consejo de todos, menos el de Dios. Cuando no seguimos la guía de su Espíritu.
La soledad, el miedo, la inexperiencia, la desesperación, pueden llevarnos a buscar consuelo, consejos y alivio en los lugares y personas equivocados. Cometemos errores cuando queremos encontrar una rápida salida a nuestros problemas. Como hijos de Dios, en los momentos de crisis debemos consultar a Dios y ser sabios también en buscar el consejo de otros cristianos más consagrados y maduros. El ser fieles a la Palabra de Dios, nos dará la seguridad para tomar buenas decisiones. Como dice el Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos… sino que en la ley de Jehová está su delicia.”
Confiemos en Dios y no nos apoyemos en nuestro propio entendimiento. El Creador es la Roca de los siglos. Es nuestra fortaleza y refugio en los días difíciles.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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