No clames a ídolos, confía en Dios
2020-05-06
1. Oración inicial
«Padre, Señor y Dios nuestro; te doy gracias por la obra que has hecho en mi vida desde el momento en que recibí a Cristo Jesús como mi Señor y Salvador personal, porque a través del agua limpia de tu Palabra, me has lavado de todas mis inmundicias y mis ídolos; y ahora, es tu Santo Espíritu quien guía mis pasos y guía mi corazón para vivir en obediencia a ti, andando en tus caminos y haciendo lo que es recto y agradable delante de tus ojos, para honra y gloria de tu nombre y para bendición de m»
2. Lee la palabra de Dios
“Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte” Isaías 57:13
3. Reflexiona
Sabemos por la Biblia, en lo cual es reiterativa, que “el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.” (Marcos 12:29) “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” (Apocalipsis 1:8) Por tanto, todos los demás dioses de los pueblos son ídolos (Salmos 96:5) y a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará. ¿Podrá el hombre esperar algo de ellos cuando les clamare? Todos los ídolos son nada y sus obras vanidad; abominación es aquel que escoge a un ídolo por su dios. (Isaías 41:24) Por todo esto dice: “yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.” (Isaías 42:8).
El Dios nuestro que adoramos, que alabamos, el Todopoderoso, Omnipresente y Omnisciente es bueno y para siempre su misericordia, “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.” (Jeremías 17:7) “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios, Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.” (Salmos 103:2-5)
El Señor, Dios nuestro, es Señor de Señores y no admite sino el primer lugar en nuestro corazón y en nuestra vida. Estamos viviendo tiempos malos y, esta es la hora en que los verdaderos adoradores, adoraremos al Padre en espíritu y verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4:23-24) La gran pregunta es: ¿Estamos siendo esos adoradores que nuestro Padre Celestial está buscando que le adoren? O somos aquellos a quienes dice: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle”. (1 Reyes 18:21)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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