No a la tibieza espiritual
2019-05-28
1. Oración inicial
Padre Amado, anhelo que mi corazón no albergue rastros de tibieza espiritual, que no me falte el fervor y el celo por tus cosas, que sienta abnegación y testifique de ti cada instante de mi vida. Anhelo las riquezas celestiales y ser vestido de vestiduras blancas. Gracias Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas», Apocalipsis 3:15-18
3. Reflexiona
Laodicea, ciudad más opulenta de las siete que habían en Asia al igual que su iglesia. Se la conocía por su industria, por la fabricación de hermosas vestiduras, y por la escuela de medicina que producía el colirio para los ojos. La iglesia suponía equivocadamente que la sola abundancia de bienes materiales era muestra de la bendición de Dios, pues lo que la iglesia pudo comprar llegó a ser más valioso para ellos que lo que verdaderamente es importante para Dios.
En este pasaje hay una queja amorosa dada a esta iglesia, porque en el pasado caminó con su Señor, pero se alejó de Él. Esto hace referencia a la condición espiritual de la iglesia en el tiempo inmediatamente anterior al arrebatamiento de la iglesia, o sea la iglesia hoy en día.
La expresión “no tenemos necesidad de nada” indica que ellos habían desarrollado un falso sentido de seguridad, basado en su prosperidad. El Señor les mostró su verdadera condición: era una desventurada, miserable, pobre, estaban ciegos y desnudos. Es lamentable cuando una congregación está ciega y no ve su verdadero estado.
Nos corresponde examinarnos en qué estado nos encontramos ¿Frío, tibio o caliente? Si eres frío, acepta a Jesús, entrégate por completo a Él y déjalo que transforme tu ser con el poder de su Palabra. Que tu frialdad espiritual haga que busques la calidez de la salvación en Cristo.
Ahora los tibios, dicen ser creyentes, pero su actuar muestra lo contrario. La Biblia dice: «que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella.» (2 Timoteo 3:5). Son los que tienen un pie en la iglesia y el otro pie en el mundo. Es una condición espiritual infeliz, miserable, pobre, ciega y desnuda, ellos piensan que no les hace falta nada.
Hermano, el Señor quiere que seas caliente, que tengas un celo profundo por la persona de Cristo, que lo ames, que le des el primer lugar en tu corazón y lo manifiestes viviendo en santidad. El Señor desea mostrarnos que la verdadera riqueza, el verdadero ropaje, todo lo que necesitamos está en Él. Él nos enriquecerá con lo suyo y nos vestirá con ropaje de lino fino, sin mancha y sin arruga.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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