No a la pasividad
2023-07-16
1. Oración inicial
«Padre Dios, avívame para hacer parte de tu obra, tu reino está aquí y quiero ser parte de aquellos que lo arrebatan. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”, Mateo 11:12.
“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”, Marcos 1:14–15.
3. Reflexiona
El evangelio se trata de la vida de Jesús y su obra de salvación en esta tierra, por lo tanto si hemos recibido a Cristo en nuestros corazones y creído que su sangre y muerte en la cruz nos limpian de todo pecado, entonces hemos sido hechos hijos de Dios y herederos de todas las maravillosas promesas que hacen parte de su reino, promesas de salvación, libertad, sanidad, protección, prosperidad, sabiduría, paz, seguridad, amor y felicidad.
Muchas cosas se opondrán para que recibamos todo lo que Dios nos quiere dar y la pasividad es una de esas cosas. Somos pasivos cuando en nuestra vida hay algo que anda mal y no hacemos nada para cambiarlo, somos pasivos cuando algo es nuestro y no lo tomamos, somos pasivos cuando nos dejamos robar lo que nos pertenece, somos pasivos cuando Dios nos manda algo y por miedo no lo hacemos. Lo contrario a pasividad es determinación o como lo menciona el versículo clave “violencia”, refiriéndose a que es necesario tomar por la fuerza el reino de los cielos, y por lo tanto solo “los violentos”, los enérgicos, los que luchan valientemente en contra de todo y de todos, son los que lo arrebatan.
No nos conformemos con saber que algo anda mal en nuestra vida, oremos para que Dios nos dé las fuerzas para cambiarlo; no nos conformemos con tan solo desear que las cosas sucedan, leamos la Biblia para obtener la sabiduría que necesitamos para lograrlas; no perdamos el tiempo procrastinando en redes sociales u otras distracciones, asistamos a una iglesia de sana doctrina (que siga a Cristo) y conozcamos a otros cristianos que nos animen cuando desfallezcamos; no nos culpemos por los pecados pasados, pidamos perdón a Dios y sigamos adelante; no esperemos que alguien más haga lo que Dios nos manda a hacer, hagámoslo en el nombre de Jesús. No seamos pasivos, es tiempo de “arrebatar el reino de Dios”, arrepintámonos, creamos en el evangelio y tomemos lo que Dios nos ha dado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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