Muertos al pecado, vivos para Dios.
2020-09-14
1. Oración inicial
«Padre Santo, por tu amor y por tu misericordia para con nosotros y por nuestra fe que es en Cristo Jesús, juntamente con Él morimos a la carne y juntamente con Él resucitamos para vida en el espíritu; por su gracia nuestro viejo hombre crucificado fue, muerto y sepultado; para nacer de nuevo y poder vivir como las nuevas criaturas que ahora somos en Cristo Jesús, para honra y gloria de tu Santo nombre y para bendición de nuestras vidas. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” Romanos 6:11
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” Romanos 6:14
3. Reflexiona
Hermanos, en Cristo Jesús verdaderamente morimos al pecado y vivimos para Dios “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.” (Romanos 6: 3-7)
El pecado ya no se enseñoreará de nosotros porque “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” (Romanos 8:1-2)
Como creyentes en Cristo Jesús debemos apropiarnos de esa verdad de que estamos muertos al pecado y vivos para Dios; “Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.” (Romanos 7: 4-6) “Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” (Romanos 8:12-13)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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