Morar bajo la sombra del Altísimo. Parte 2
2016-05-11
1. Oración inicial
Escóndeme Señor en la palma de tu mano, me refugio en tu abrigo, en tu presencia estoy seguro, líbrame de los que quieren desviarme de ti, dejo atrás a mi vieja naturaleza pues anhelo andar conforme a tu voluntad.
2. Lee la palabra de Dios
«Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.», Salmo 91:2-4
3. Reflexiona
Como sabemos, los seres humanos no estamos exentos de tener que atravesar por momentos difíciles, en Juan 16 : 33 «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo». Al encontrarnos en momentos difíciles, en la mayoría de las ocasiones tendemos a huir, o retirarnos a ese lugar, donde encontramos alivio a nuestra pena, y paz a nuestra preocupación, lugar que consideramos seguro y/o cómodo.
El lugar secreto es un escondite, un lugar privado, o un lugar de refugio, es el lugar donde corremos cuando estamos adoloridos, agobiados o a punto de desmayar. Es el lugar a donde corremos cuando estamos siendo maltratados o perseguidos, cuando estamos en gran necesidad o cuando creemos que ya no podemos más.
Pero desdichadamente muchos de nosotros, en vez de confrontar los problemas, nos escondemos de ellos. Y la realidad es que existen números escondites que el diablo nos proporciona, (drogas, alcohol, fornicación, vicios. etc. etc.), y todos son lugares donde ningún cristiano fiel debe acercarse. Ahora pregunto, ¿al encontrarnos en situaciones o momentos que nos roban la paz, y que nos causan depresión o frustración, debemos escondernos? ¿Si nos escondemos, tenemos un lugar seguro a dónde acudir?
El problema que sucede con frecuencia, es que muchos tendemos a refugiarnos en nuestra pasada manera de vivir. Algo que como todos sabemos, no podemos ni tan siquiera considerar según Efesios 4:22-23 «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente…».
Cuando éramos niños jugamos a las escondidas, y dependiendo de donde estábamos teníamos un lugar favorito, donde nadie nos podía encontrar, ¿verdad? Pero ahora como adultos, ¿jugamos a las escondidas con las situaciones difíciles que se presentan en la vida, esperando que se desaparezcan, y que no nos encuentren? Cuando somos honestos con nosotros mismos, muchos reconoceremos que en muchas ocasiones, esto mismo es lo que tratamos de hacer. En otras palabras, cuando se presentan situaciones difíciles, o cuando simplemente estamos desilusionados y cansados con la vida cotidiana, muchos tendemos a buscar un refugio, un escondite donde nos sentimos seguros, y si no tenemos mucho cuidado, terminamos en un refugio falso, donde quizás encontremos un alivio temporal pero dolorosas consecuencias para toda la vida. El único refugio seguro es la Jesús.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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