Misericordia gratuita para todos
2022-07-20
1. Oración inicial
«Señor, gracias por el alimento espiritual que nos das a diario con tu Palabra, permite que nos aleje de las influencias del mundo, gracias porque la vida abundante que nos ofreces no tiene precio, gracias por tu lealtad divina al pacto eterno que has hecho con nosotros a través de Jesucristo.»
2. Lee la palabra de Dios
«A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano», Isaías 55:1-6.
3. Reflexiona
Desde el momento que recibimos a Cristo en nuestro corazón todo es beneficio. La única condición que Dios nos coloca es que le busquemos con sinceridad. Él quiere saciar nuestra sed espiritual, quiere transformar nuestras vidas y darles propósito. Este pasaje es un llamado universal a los gentiles, «sedientos», o sea aquellos con una gran necesidad espiritual qué calmar, ofrece las bendiciones espirituales del evangelio, nos anima a buscar nuestras fuerzas y vida en Dios, que es la fuente de «agua viva». «Venid a las aguas» aparece en plural, lo que indica que todo lo que da, lo da en abundancia, «sin dinero» ya que Él pagó el precio con el que fuimos comprados, la sangre preciosa de Jesús.
El alimento físico hay que pagarlo y dura poco, solo llena las necesidades físicas, pero Dios nos ofrece un alimento gratis que suplirá todas las necesidades de nuestra alma y espíritu, la pregunta es ¿cómo obtenerlo? La respuesta es ir, clamar y buscar a Dios mientras pueda ser hallado.
Dios hizo un pacto eterno con el rey David «las misericordias firmes a David», que nos alcanza a nosotros y nos pone como testigos a las naciones, jefes y maestros de muchos. Mateo 28:19-20 dice «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». Necesitamos ser hombres y mujeres de valor que nos esforcemos y atendamos el llamado a evangelizar este mundo. ¿Cuántos estamos obedeciendo a su llamado?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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