Mi socorro viene de ti
2018-01-13
1. Oración inicial
Amado Jesús, aumenta mi fe y haz que coloque mi mirada en ti para que deje de ver los problemas de la vida como montañas gigantes y entienda que tú estas por encima de todo. Me has dado ejemplo de fe al soportar el sufrimiento en la cruz y abrir el camino para la salvación. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”. Salmo 121. 1-8
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:2
3. Reflexiona
El salmista hace una pregunta al elevar sus ojos a los montes ¿De dónde vendrá mi ayuda? Eleva sus ojos más alto que las montañas como buscando a Aquel que es más grande y sublime. Y él mismo se responde: “Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra”. Nuestra mirada la mayoría de veces está puesta en las circunstancias y los problemas de la vida y estos se vuelven obstáculos para nuestra fe, olvidando fácilmente que Dios está por encima de ellos.
Este salmo nos invita a ver más allá de lo que podemos ver, a tener la mirada de la fe. Tal vez nuestra mirada humana es débil y limitada, y las dificultades nos parecen más grandes y nos intimidan, aquí es donde debemos cambiar nuestro enfoque y colocar nuestros ojos en el Todopoderoso, en el Eterno Dios, en Jesús y no en ningún otro.
La Palabra guardar aparece seis veces en este salmo, lo que destaca el cuidado y protección de Dios en todo momento y en todo lugar sobre nosotros, dándonos la seguridad de que Él está siempre pendiente de todo lo que sucede en nuestra vida y listo para acudir en nuestra ayuda.
Nuestro perfecto ejemplo de fe es el Señor Jesucristo, es el autor o iniciador de la verdadera fe, ya que abrió el camino al Padre. Cuando sufrió en la cruz, menospreció el oprobio, se sentó a la diestra de Dios y alcanzó la meta final de la fe. Por eso se dice que es el consumador o sea el perfeccionador de la fe, quien la ha ejercido desde principio hasta el fin, cumpliendo con todas las promesas de Dios para nosotros.
Jesús miró más allá de la vergüenza, del temor, del sufrimiento y visualizó el mundo redimido, salvado y liberado del pecado por su sacrificio redentor. Debemos tener la misma perspectiva y alentarnos a seguir adelante, derrumbando en el nombre de Jesús todo monte que quiera obstaculizar nuestra fe.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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