Mi identidad está en Cristo
2024-05-31
1. Oración inicial
«Padre, la obra que tu Hijo Jesús ha hecho en mi vida nadie la podrá borrar y por eso te exalto y te bendigo. Ayúdame Espíritu Santo a no dejarme engañar con las mentiras del mundo, recuérdame y llévame a reflejar todos los días la nueva identidad que me ha obsequiado Jesucristo, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” Gálatas 3:26-27.
3. Reflexiona
¿Por qué el enemigo quiere destruir nuestra identidad? Porque lo que somos determina hacia dónde iremos, si somos conscientes que somos hijos de Dios gracias a la fe en Cristo, entonces todo lo que hagamos lo haremos para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31, Colosenses 3:23-24), como Jesús, quien siendo el Hijo de Dios y comportándose conforme a su identidad, todo lo que hacía era para glorificar al Padre y cumplir su buena, agradable y perfecta voluntad (Juan 6:38).
Satanás cuestionó la deidad de Jesús, es decir su identidad, y vemos que lo hizo de manera muy sutil: “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (Mateo 4:3), y lo mismo sucede hoy con nosotros, el enemigo trata de cuestionar si verdaderamente hemos sido adoptados como hijos de Dios. Él seguramente utilizará como argumento nuestros actos, que no están reflejando el carácter de Cristo, para aseverar que si fuéramos hijos de Dios no haríamos ese tipo de cosas, pero cuando conocemos lo que dice Dios de nosotros, entendemos que si hemos sido adoptados como hijos de Dios no es por nuestras obras sino por nuestra fe, y que esa identidad nada ni nadie nos la podrá arrebatar pues lo que Dios ha hecho en nosotros nadie lo borrará.
Ahora bien, lo que el Señor desea es que esa identidad posicional que tenemos en Cristo se refleje en nuestro exterior, por ello es tan importante la Comunión con Él, pues entre más constantes seamos en permanecer en intimidad con el Señor, más aprenderemos a reflejarlo a Él en nuestra manera de pensar, hablar, sentir y actuar.
Hermanos, no permitamos que nadie ponga en duda la obra que Jesús ha hecho en nuestras vidas, somos hijos de Dios, y su Espíritu Santo nos ayudará a que cada día se perfeccione su obra en nosotros hasta el día en que regrese Jesucristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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