Mi alto refugio
2015-08-19
1. Oración inicial
Gracias Señor porque en ti puedo vivir confiado, tú eres mi amparo y mi fortaleza, mi pronto auxilio en las tribulaciones. Gracias porque me das un lugar de delicados pastos en el cual descansar, gracias porque sé que eres mi dulce refugio, mi libertador, mi Salvador. Gracias porque solo en ti puedo tener paz en medio de la tormenta. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará”
“Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación”
“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida Y le mostraré mi salvación”
3. Reflexiona
En esos momentos cuando nos sentimos agobiados ante los problemas de la vida o nos sentimos perseguidos, sabemos que tenemos un refugio: Jesucristo, en quien podemos descansar y sentirnos protegidos. Solo en El encontramos la paz en medio de la tormenta.
Recuerda siempre sus palabras que te dicen: ven conmigo que yo te hare descansar, te protegeré, no te dejare, no te desamparare, mandaré a mis ángeles a acampar alrededor tuyo.
Une tu voz al rey David cuando canta: “Te amo oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en el confiare; mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.
De la misma manera que David declaró en el salmo 91, sabemos que no importan cuantos ataques podamos recibir, pueden caer a nuestra diestra y a nuestro lado, más a nosotros no llegarán porque nuestra esperanza está puesta en Jehová y a él hemos puesto por nuestra habitación. Él es quien nos libra de los lazos del cazador y por cuanto hemos reconocido que él es nuestro Salvador, nos ha puesto en lugares altos y nos renueva día a día.
Nuestro Dios ha prometido que si le clamamos nos responderá, que estará con nosotros en momentos de angustia para librarnos y glorificarnos en él. No importa cuán dura sea la situación en este momento, la mano de Dios está lista a socorrernos. En medio de cualquier crisis nuestro Dios está presente e inclina su oído al clamor de sus hijos.
Él es nuestro alto Refugio, él es nuestro Salvador y él es nuestro Libertador quien pelea por cada uno de nosotros. Decide creer en él. Adórale en medio de la crisis, que tu adoración suba hasta su trono como olor fragante. Tú tienes en tus manos la manera de desarmar al enemigo a través de tu adoración. Créele a Dios, él es tu Escudo y él es tu Estandarte y en él tenemos la Victoria
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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