MENTE SANA
2023-05-31
1. Oración inicial
«Padre, gracias te doy porque por medio de la fe en tu Hijo Jesús ahora sé que tengo una mente sana para ver claramente. Ayúdame Espíritu Santo de Dios a conservarla de la misma manera en la que se me entregó, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Isaías 55:8-9
3. Reflexiona
¿Alguna vez hemos pensado que tenemos, gracias a la fe en Cristo, una mente sana? Pues como dice la palabra de Dios: nosotros tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16b), y Su mente es una mente sana, que tiene pensamientos buenos, justos, rectos, puros. Te cuestionarás: “Pero mi mente no es igual, porque cuando analizo mis pensamientos me doy cuenta que en ocasiones están llenos de temor, ansiedad, frustración, etc.” y el pensar de ésta forma está mal, porque Dios quien es Padre de Verdad nos ha revelado que gracias a nuestro nuevo nacimiento, tenemos la mente de Cristo (Juan 17:17, 2 Corintios 5:17, Efesios 4:22-24).
Hoy, a través de 3 ejemplos, veremos cómo el Señor quiere recordarnos que si tenemos una nueva mente, la mente de Cristo, debemos conservarla como se nos entregó (sana), llenándola día tras día con los pensamientos adecuados, los pensamientos de Dios.
Cuando Marta y María tenían a su hermano enfermo y envían a alguien a que le de la noticia a Jesús: ¿qué tipo de pensamientos podemos ver en su mente? Que Lázaro moriría, y lo podemos deducir por la respuesta del Señor: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” (Juan 11:3-4) ¿A cuántos nos ha pasado igual, que ante una dura enfermedad ya sea nuestra o de un familiar, terminamos concluyendo que la muerte será el resultado final; cuando podemos tomar los pensamientos de Cristo? En donde decimos con toda seguridad, ésta enfermedad es para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella, pues veremos Su poder.
Cuando Jesús y sus discípulos estaban en medio de una tormenta, ¿Qué había en los pensamientos de los 12 discípulos? Lo vemos en su respuesta: “¿No te importa que nos estemos hundiendo?” (Marcos 4:38b), y pensemos: ¿será cierto esto? ¡Claro que no! Pues a Jesús le importa tanto que lo vemos ahí en medio de la tormenta con ellos, al igual que lo está con nosotros ante cualquier situación, es solo que quiere que cambiemos esa mente llena de temor por una mente sana, una que ponga su mirada en Él: “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” (Marcos 4:39-40), una mente llena de fe, de confianza y seguridad en Él.
Cuando en los pensamientos de aquel paralítico, que llevaba 38 años junto al tanque de Betesda esperando ser sano, eran: “no puedo, no tengo quien me ayude” (Juan 5:5,7) Jesús quiso cambiar esos pensamientos presentándose como Su ayudador, Su sanador, y eso hizo; al instante aquel hombre se levantó totalmente sano por la palabra de Jesús.
Lo que tenemos que concluir con este último pasaje es: “¿Quieres ser sano?” (Juan 5:6b), ¿Quieres tener una mente sana? Jesús hoy nos recuerda que ya la tenemos, desde el mismo momento en el que le recibimos por fe como Señor y Salvador, la pregunta es: ¿Creemos esto? “No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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