Me rescató del lodo cenagoso
2015-11-06
1. Oración inicial
Amado Dios, cuando pase por situaciones difíciles en la que la solución está más allá de mis fuerzas, recuérdame que necesito tu ayuda. Enséñame a confiar, a orar y a esperar que me rescates. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová».
3. Reflexiona
Al leer el salmo 40 vemos que el salmista estaba en una situación sin salida, necesitaba la ayuda de Dios, descansando en el poder de Dios oró, fue liberado y afirmado en su fe. Pensemos en cuan a menudo hemos caído en pantanos, en situaciones que parecen sin salida y nos desvelamos buscando una respuesta. En esos momentos es cuando más debemos orar, cuando llegamos al límite de nuestros recursos tenemos que descubrir a través de nuestra fe, los ilimitados recursos de Dios. Es el momento de refugiarnos en las promesas de Dios, a aprender a clamar, a confiar y a esperar pacientemente a que Dios nos rescate. Cristo es la única Roca sobre la cual nuestra vida espiritual puede afirmarse. Dios nos ha dado una esperanza sólida.
Esperar la ayuda de Dios a veces no parece fácil, pero los que confían y esperan en medio de la prueba recibirán cuatro bendiciones: Dios los sacará de la desesperación, colocará sus pies sobre peña, para que no resbalen, enderezará sus pasos y colocará un nuevo cántico de alabanza, de gratitud en sus bocas. Dios quiere que independientemente de las situaciones difíciles que tenemos que enfrentar a diario, nuestro andar y conducta sean rectos y seamos constantes en la búsqueda de su presencia.
Recordemos de donde nos rescató Dios, cuando estábamos sin Él, nos salvó de la fosa de la muerte eterna, nos libró de hundirnos en el pantano del pecado, nos tomó en sus brazos y afirmó nuestros pies sobre la Roca de Salvación, que es Cristo y dio firmeza a nuestras pisadas cuando enderezó nuestros pasos por el Camino de la Verdad y la Vida. Esto debe ser motivo suficiente para confiar en Dios en medio de la crisis presente y de agradecer y alabar a Dios porque permanece fiel a su pacto. Su fidelidad y misericordia son nuevas cada día. TU FIRMEZA EN DIOS HARÁ QUE OTROS CONFIEN EN ÉL.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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