Mantente obediente y serás bendecido
2015-10-19
1. Oración inicial
Amado Padre Celestial, sé que el cumplimiento de tus promesas de bendición para mí, dependen de mi actitud y obediencia a tu Palabra en cada aspecto de mi vida. Hazme dócil a la voz de tu Espíritu. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien».
«Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová os ordenó: que améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma».
3. Reflexiona
Como la bendición sigue a la obediencia, este pasaje nos da las instrucciones para que el cumplimiento de las promesas de Dios, sean una realidad cuando nuestra actitud es la correcta. Las promesas de victoria, provisión abundante, paz y reposo, llegarán si nos mantenemos obedientes a Dios. El Señor odia el pecado y lo castiga con firmeza, pero también premia al que persevera y obedece sus mandatos.
La continua meditación en su Palabra y el permanecer fieles, son la clave para la bendición y la bienaventuranza. Esto debe ser un fundamento sólido para nuestro crecimiento espiritual. Los principios que rigen el bendecir y el maldecir nos dan lecciones sólidas para nuestro recorrido hacia esta meta. La vida y el liderazgo de Josué demuestran que la madurez espiritual no se logra estando al margen de Dios, sino cuando hay una estrecha y responsable relación de dependencia con Él. Para ser victoriosos en nuestra vida cristiana debemos rendirnos a Dios; y para guiar a otros, debemos seguirle.
Al final de su vida Josué testificó en el verso 23:14 “no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas”. Reconoce la fidelidad de Dios a su Palabra, esto debe llevarnos a ser fieles también, porque Dios no falta a ninguna de sus promesas. Esforcemos y seamos valientes para permanecer en Él y no desviarnos ni a izquierda, ni a derecha.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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