Mansedumbre
2019-01-13
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, hazme manso y humilde de corazón, donde el verdadero adorno sea un espíritu agradable y pacífico, que es de gran estima a tus ojos y con el que puedo presentar el evangelio con mansedumbre, para alcanzar a otros para tu reino. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad», Mateo 5:5
3. Reflexiona
Hay una paradoja en el mundo entre quienes son dichosos según el mundo: rígidos, astutos, ricos, poderosos, autoritarios y quienes lo son según Dios: mansos, humildes, apacibles, benévolos, considerados. Se cree que ser mansos es una muestra de debilidad, o de timidez o de carencia de espíritu, pero no es así, es más bien una fortaleza sujeta a control. Es ser humilde y auto disciplinado.
Mansedumbre viene del griego “praús”, quiere decir: apacible, pacífico, humilde. Es más que esto significa ser domados por el Espíritu Santo. La mansedumbre es poder, fuerza, espíritu, rudeza bajo control.
Un cristiano de carácter suave, considerado, modesto, ausente de pretensión y dispuesto a sufrir ofensas sin reaccionar, que tiene una respuesta blanda, sin ira, es un discípulo que aprende mansedumbre, se somete y obedece. Jesús es un ejemplo máximo de mansedumbre, pues se sometió y obedeció radicalmente a Dios y a su voluntad. Aprendamos de Él: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29
Moisés, antes un hombre bravío que tuvo que vivir cuarenta años en el desierto para ser controlado por Dios, se le llamó el más manso sobre la tierra y el apóstol Pablo con un carácter arrogante y autosuficiente, se sometió a Cristo y obedeció hasta la muerte. Esos son ejemplos de mansedumbre.
La mansedumbre es un fruto del Espíritu Santo y hace a los creyentes bienaventurados porque conservan el dominio de sus almas, son personas de un comportamiento modesto y gentil que ganan almas para el Señor con mansedumbre. Era lo que pedía Pablo para las iglesias: 2 Corintios 10:1 “Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros”.
Generalmente la mansedumbre se desarrolla en un medio hostil, en un campo de batalla espiritual, donde la estabilidad emocional y la serena fuerza interior son el resultado de la obra efectuada por el Espíritu Santo en nosotros, transformándonos en instrumentos de bien.
“Los mansos heredarán la tierra”, en otras palabras: El Señor les otorga un legado, les da el deseo de sus corazones, los prospera en su camino y exhibe su justicia sobre ellos, son los herederos de todo en el futuro, porque se deleitan en su Palabra y en obedecer a Dios.
Sólo el Espíritu Santo puede volvernos mansos cuando nos sometemos totalmente a Él.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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