Manifestar un gozo desafiante en el peor momento
2019-06-17
1. Oración inicial
Jesús, tu gozo es mi fortaleza, quiero hallarlo siempre en tu presencia. Anhelo refugiarme en tus brazos en los momentos más oscuros y descansar en tu poder. Manifiesta tu gloria en mi vida cuando las cosas se pongan difíciles y parezcan sin solución. Ayúdame a ser testimonio de ti aún en medio de las peores situaciones y como Pablo trasmitir confianza y fe a los que me rodean, para que crean en ti. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos”, Hechos 16:25-33
3. Reflexiona
Pablo y Silas habían sido golpeados hasta quedar heridos, su ropa desgarrada y echados en un calabozo, oscuro, frio, sombrío y maloliente de una prisión romana. Fueron tratados como criminales con cepos en sus pies y condenados por recorrer el mundo antiguo proclamando el evangelio de Jesucristo.
Pero, cuando la mayoría de las personas se darían por vencidas y se hundirían en la depresión atravesando por una situación así, estos dos grandes hombres de Dios encontraron gozo, lo encontraron en el húmedo y sucio calabozo, donde sólo había desesperanza. Este es el secreto de los valientes, escogieron adorar a Jesús en el peor momento de su vida. Aprovecharon el milagroso y máximo gozo del que habla la Palabra de Dios, buscando su presencia.
Nosotros a veces buscamos el gozo en los lugares equivocados. Si creemos que una casa hermosa, un matrimonio feliz, una familia bien portada, un trabajo exitoso, o un título universitario son la clave del gozo, estamos mal, pues todo esto es transitorio e inseguro y en cualquier momento puede cambiar o acabarse. El gozo sólo se encuentra en un lugar: en la presencia de Dios. Como dice el salmo 16:11 “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”.
Si deseamos un gozo como el de Pablo y Silas, debemos pasar más tiempo en la presencia del Señor y desafiar así cualquier circunstancia por difícil que sea. Cuando escojamos estallar en adoración sin restricciones en el momento más oscuro de nuestra vida, haremos temblar el cielo y los cimientos de nuestro interior como el miedo, la inseguridad, la duda, la incredulidad, la desconfianza, etc. serán removidos y rotas las cadenas, con el fin de librarnos de los peores problemas.
Lo mejor de todo esto, es permitir ver a ese Cristo victorioso actuando en nosotros, para que otros como el carcelero de este pasaje, anhelen conocerlo. Entonces el gozo, que es un fruto del Espíritu Santo, se volverá una responsabilidad para nosotros como creyentes, pues debemos cultivarlo en nuestra vida para ser testimonio a otros de la gloria de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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