Madurez espiritual
2015-10-18
1. Oración inicial
Padre Amado, gracias porque tengo el privilegio de ser tu hijo, allí estoy eternamente seguro. Esto me lleva a despojarme del egoísmo, a madurar espiritualmente y ceder muchos de mis derechos por la causa de Cristo y vivir en armonía con los que rodean. Gracias Señor. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”
3. Reflexiona
La Biblia nos muestra que los cristianos de Corinto eran muy inmaduros espiritualmente y vivían como no cristianos enjuiciándose entre ellos.
La raíz del problema que molestaba tanto a Pablo era que los Corintios estaban tan comprometidos con sus propios derechos personales hasta el punto que no les importaba la causa de Cristo y el bien de los demás, aunque ellos se presumían de ser más espirituales que Pablo.
Hoy preguntamos: ¿Dónde estaríamos si Jesús hubiese demandado sus derechos en vez de rendirse en forma voluntaria a ellos? Este es uno de los elementos fundamentales de la espiritualidad cristiana. “No busques lo tuyo primero”.
Si tú estás comprometido con la causa de Cristo y el bien de otros, estás llamado a abandonar legítimos derechos. Este es el camino que hemos sido llamados a seguir.
Tú no tienes que cambiar tu vida moral antes de que llegues a Cristo, puedes estar lleno de todos los pecados; simplemente, tú debes venir a Cristo tal cual estás. El tema no es cuán malo tú has sido, ni cuán bueno tú prometes que serás de aquí en adelante; la cuestión es: ¿Estás dispuesto a dejar que Cristo te perdone completamente y estás dispuesto a dejar que él empiece a cambiar tu vida desde adentro hacia afuera? Si tú puedes responder “si”, ¡estás dispuesto para venir a Cristo!
Recuerda tu Identidad está en Cristo y Vive tu vida consistentemente con su Palabra para que alcances madurez espiritual.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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