Luchando contra Dios
2017-12-14
1. Oración inicial
Amado Señor, en momentos de dificultad, cuando mi fe se vea atacada por la crítica, la persecución y prohibición de los incrédulos, dame la valentía que tuvieron los apóstoles para obedecerte a ti antes que a los hombres y recuérdame tus promesas de bendición para mantenerme fiel hasta el fin. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Hechos 5:28-29
“Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios”. Hechos 5:34-39
3. Reflexiona
Este es uno de los relatos más conocidos donde vemos a los hombres disputando contra los creyentes cristianos. En pleno siglo XXI, todos los días se levantan opositores a la fe cristiana, pero podemos confesar victoriosos que la iglesia sigue en pie a pesar de las persecuciones a lo largo de la historia. ¿Cuál es el secreto? La fe está fundamentada en un Cristo Vivo que se levantó victorioso de la muerte y sigue transformando vidas, dando evidencia de su presencia en miles de personas que han sido regeneradas por el poder del Espíritu Santo.
Los celos de los líderes religiosos eran evidentes manifestando que los apóstoles habían inundado a Jerusalén de la doctrina de Cristo, qué noble testimonio de estas personas renuentes a no creer, al ratificar el éxito de la predicación del evangelio con sus palabras. No se atrevían ni a pronunciar el nombre de Jesús sino que despectivamente se referían a él como “ese hombre”, Aquel a quien Pedro se gloriaba en exaltar y por el cual estaba dispuesto hasta morir.
Cristo es presentado por Pedro como el dispensador de toda bendición espiritual, no solamente como un Rey sino como un Salvador: Hechos 5:31 “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados”. Sus testigos no fueron sólo los humanos, sino el Espíritu Santo que atestiguaba con milagros, señales y prodigios. Además la oportuna intervención de Gamaliel, que indudablemente fue dirigida por Dios donde, al citar algunos ejemplos de cómo antes habían reaccionado ante ciertos movimientos religiosos y cómo estos habían fracasado, declaró que si este asunto del movimiento cristiano fundado en Jesucristo, el carpintero de Nazaret, no era de Dios, fracasaría por sí solo; pero si lo era, nada podría detenerlo y que a menos que significara un peligro doctrinal o práctico, era más sabio ser tolerantes y no represivos, de lo contrario si lo resistían matando a sus líderes se estaban oponiendo abiertamente a Dios.
El conflicto con el mundo y las autoridades algunas veces será inevitable, habrá situaciones en las que no se podrá obedecer a Dios y al hombre al mismo tiempo, entonces deberemos obedecer a Dios y confiar en su Palabra.
Jesús fue predicado como el Mesías prometido en el templo, en las sinagogas y en las calles y hogares de Jerusalén. Ahora nos corresponde a nosotros inundar el mundo con el evangelio de Jesús y desafiar tajantemente cualquier orden humana que nos prohíba predicar, como lo hicieron los apóstoles. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?
Si ellos no siendo creyentes dieron testimonio del poder del evangelio, con mayor razón nosotros los cristianaos debemos dar testimonio fiel de nuestra devoción, andando en integridad y santidad en medio de este mundo tan conflictivo, atrayendo las personas a Jesús y no hallándonos de pronto luchando contra Dios.
Animémonos recordando estas palabras de Jesús en Lucas 6:22-23 “Bienaventurado seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos».
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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