Los tres caminos equivocados. Parte 3
2024-11-24
1. Oración inicial
«Padre, Cristo vino a obedecerte en todo, a hacer tu voluntad, siendo Dios se despojó a sí mismo; en perfecta obediencia y comunión con el Espíritu fue guiado a cumplir el propósito de nuestra salvación, ahora nosotros, guiados por ti, debemos estar sujetos a Cristo y a toda autoridad puesta por ti. En el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y estéis delante de la congregación para ministrarles, y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?, Números 16:9-10
“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”, Romanos 9:16
3. Reflexiona
El tercer camino equivocado que nos habla la escritura es la contradicción de Coré (Judas 1:11).
La historia de Coré en la biblia habla de una rebelión; Coré quería ser sacerdote y cuestionaba la autoridad de Aarón y Moises, argumentando que todos merecían ese lugar. (Números 16:3)
Entonces, ¿por qué la contradicción de Coré? Queriendo servir al Señor, lo quería hacer en contra de su voluntad, a la manera que él pensaba y no como Dios lo había designado. Esto nos enseña que no es solo tener la buena intención de servir al Señor, sino servirlo conforme o de acuerdo a su voluntad, en la dirección del Espíritu de Dios. (Mateo 7:21-23).
Coré entonces rechaza la autoridad de Aarón y Moisés, pero este último le indica que no es contra ellos que se ha rebelado sino contra Dios mismo. (Números 16:11).
A Coré lo siguieron muchos en su rebelión, cayendo en su orgullo y su contradictoria pretensión de servir a Dios de manera equivocada. Finalmente fue castigado este levantamiento en contra de la autoridad puesta por Dios, y perecieron junto con Coré los que se unieron a esa rebelión.
Esto nos debe enseñar una lección y principio clave: Dios es el que tiene toda la autoridad y también quien da la autoridad a quien él considera. Toda autoridad ha sido puesta por Dios para nuestra bendición y protección, para dar un orden y equilibro a la convivencia, sin embargo, vemos cómo hoy ese principio, por la rebeldía del corazón humano, ya no se quiere practicar. Pero también las autoridades deben estar sujetas a Dios y a su Palabra, al no hacerlo cometen injusticias y gobiernan con necedad, terminan haciendo mal.
Sin embargo, nosotros estamos llamados a obedecer a Dios como dice Romanos 13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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