Los sabios de oriente
2022-12-17
1. Oración inicial
«Padre amado, que tu Santo Espíritu me lleve a esa intimidad contigo por medio de Jesús, entrego mi vida a tu servicio, te doy todo lo que soy, esta es mi ofrenda de amor para ti, me postro delante de ti mi Señor y Salvador. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.”…“Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” Mateo 2:1-3, 10-11
3. Reflexiona
Los sabios de oriente, conocidos popularmente como los reyes magos, hicieron un largo viaje para conocer al Mesías, estas personas descritas en el evangelio de Mateo tuvieron que ser de una distinguida condición, sus regalos y la entrevista que tuvieron con el rey Herodes así nos lo deja ver, ellos no permitieron que sus riquezas, ocupaciones o posición social se interpusiera en su camino para poder presenciar con sus propios ojos al Salvador de la humanidad. Qué gran ejemplo nos dan aquellos visitantes del oriente, quienes se desplazaron grandes distancias para llevar presentes al Mesías, y cuando lo encontraron se postraron y adoraron. Que como hijos de Dios, nosotros también todos los días, busquemos con diligencia estar frente a nuestro Salvador, para entregarle a Él nuestra vida como una ofrenda de amor y postrados también le adoremos.
Hoy en día muchos hombres al igual que Herodes y las personas de Jerusalén que se turbaron cuando escucharon que el rey de los judíos había nacido, dejan que el diablo quite de su corazón la palabra y endurecen su corazón, por lo cual no pueden creer ni ser salvos; otros creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan; y otros tantos por los afanes de la vida, las riquezas y los placeres de este mundo se alejan del camino que lleva al Salvador; pero otros al igual que aquellos sabios, son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
En esta navidad, pidamos al Dios Verdadero, que nuestro corazón sea como esa buena tierra donde su semilla caiga para dar un fruto abundante, y así, al igual que los sabios descritos en el evangelio de Mateo, busquemos congregarnos, sin importar lo lejos que tengamos que ir, para llevar lo mejor de nosotros y ponerlo al servicio de nuestros Salvador.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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