Lo que nos mantiene vivos
2022-07-30
1. Oración inicial
«Señor Jesús quiero experimentar cada día y en todo momento las delicias de estar en tu presencia, quiero sacar mi mejor versión y solo lo puedo hacer colocándome en tus manos. Eres mi única esperanza segura. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”, Salmo 73:25-26.
3. Reflexiona
Acercarse a Dios en oración debería ser la experiencia más maravillosa de la vida del ser humano, pues la oración nos pone directamente en las manos de nuestro hacedor y por ende es la única manera de comprender nuestro propósito en la vida. Imaginemos una obra de arte maestra en manos de su pintor, un novedoso artefacto en manos de su inventor, una perfecta sinfonía en manos de su compositor. Solo en las manos de nuestro hacedor podemos encontrar las respuestas a las preguntas trascendentales del ser humano ¿de dónde vengo?, ¿para dónde voy?, ¿para qué estoy en la tierra? Y de esta manera sacar nuestra mejor versión y alcanzar la tan anhelada plenitud de la vida.
Cuando hablar con Dios (estar en su presencia) se vuelve una carga en nuestra vida, hay que pensar que quizás con quién estamos hablando no es con Él, sino tal vez con nosotros mismos, con nuestros problemas, con nuestros fracasos o ansiedades o con otro, un dios que no es el de la Biblia. Cuando conocemos al Dios verdadero y nos acercamos con humildad y expectativa, nunca seremos decepcionados. Solo en la intimidad con el Señor podemos escuchar su voz, rompiendo paradigmas, temores, miedos; podemos comprender su palabra que es fuente de vida y la única esperanza para todas las luchas del ser humano.
En este mundo donde se agota la esperanza, la oración es la que nos mantiene vivos… porque sol y escudo es nuestro Dios; gracia y gloria dará el Señor. Dios de los ejércitos, dichoso el hombre que en ti confía.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn