Lo que Jesús nos dice no es cosa vana, es vida
2016-08-20
1. Oración inicial
Señor, a veces como el pueblo de Israel he sido terco y he experimentado repetidos fracasos, al desobedecer tu Palabra. Hoy me estás dando la oportunidad de escoger y deseo la vida que me ofreces. Quiero amarte, obedecerte y seguirte para experimentar esa vida en abundancia y permitir que cumplas tu voluntad en mi vida. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar”, Deuteronomio 30:14-20
3. Reflexiona
Moisés presentó al Pueblo de Israel una escogencia vital, dos fórmulas simples para que tomaran una decisión: obediencia = a vida o desobediencia = a muerte. Israel escribió el epílogo de una historia llena de aventuras, perspectivas y fracasos. Divagando 40 años en el desierto, perecieron, por su desobediencia a los mandatos de Dios. Moisés les insiste en que lo que él ha dicho no es cosa vana, sino vida.
En ese momento, el Señor está frente a frente con el pueblo de Israel, pero hoy está frente a frente con nosotros y vuelve a decirnos lo mismo. Estamos en iguales condiciones y tenemos que decidir, si escogemos la vida o escogemos la muerte. Jesús plantea en Juan 3:16-18 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”.
Hoy esta misma escogencia vital, está delante de los hombres, a través de cada creyente, que lleva el evangelio de salvación. La decisión que tomen las personas, marcará el destino de sus vidas. Jesús ofrece las mismas opciones: la vida y el bien o la muerte y el mal.
¿En qué consiste la vida? El secreto está en la parte final del pasaje de hoy, “amando a Jehová tú Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días”. Si observamos hay tres verbos que están en gerundio, amando, atendiendo y siguiéndole. Es una actitud activa y no pasiva hacia Dios.
El cristiano de balcón ve pasar a Jesús, pero no se acerca y no se compromete. Cristo es hoy nuestra escogencia vital. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. El anhela que su Palabra esté en nuestra boca y en nuestro corazón para que la cumplamos. Todo lo que Jesús nos ha dicho, no es cosa vana, es vida, para aquel que lo acepta y lo recibe en su corazón.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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