Lo hizo de todo corazón

Señor, hoy quiero abrirte la puerta de mi corazón, la puerta de mi casa y las puertas de mi Patria. Entra para pueda estar contigo todos los días, quiero buscarte y obedecerte de todo corazón. Pongo toda mi esperanza en ti, para que me ayudes a encontrar respuesta a mis necesidades, a las de mi familia y a las de mi nación. Amén.

“En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán. En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba.», 2 Reyes 18:1-8

Cuando Ezequías fue coronado rey, tenía veinticinco años, el pueblo de Judá estaba en problemas, así como el Mundo lo está hoy. Falta de fe, hambre, violencia, muerte, injusticia, etc. Para este gobernante tan joven, asumir tal posición implicaba tomar buenas decisiones. Por eso, se asoció con Dios, lo puso en primer lugar en su vida y fue bendecido y prosperado. Debemos aprender tres cosas de este hombre:
1) PUSO SU ESPERANZA EN DIOS: Cuando las situaciones se vuelven difíciles y no vemos salida a los problemas, perdemos la esperanza, pero la Biblia dice en el salmo 84:12 “Dichoso el hombre que en ti confía”. Ezequías coloco su esperanza en el único que podía cambiar todas las circunstancias adversas que enfrentaba su Pueblo. También, nosotros como cristianos estamos llamados a poner nuestros ojos en Jesucristo, el autor y consumador de la fe. Solo así podremos superar las pruebas que nos vienen cada día.
2) SIGUIÓ A DIOS Y NO SE APARTÓ DE ÉL: El secreto de su vida fue permanecer en el Señor, no se apartó. Dios estaba con Ezequías y lo prosperaba. Esto solo se logra cuando tenemos una relación íntima, continua y de amor con nuestro Dios, cuando lo colocamos en el primer lugar en nuestra vida y es nuestra prioridad. Como dice Mateo 6:3 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
3) GUARDÓ LOS MANDAMIENTOS DE DIOS: Obedeció en todo a Dios, lo siguió con fidelidad, consagró su vida e hizo un pacto. Abrió las puertas de la casa de Dios, hizo que todos le buscaran, hizo oración. “Todo lo hizo de corazón” Dice 2 Crónicas 31:21 “En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”
¿Qué debemos hacer nosotros? Pensemos en los problemas que hay en nuestra casa o en nuestra nación. La mejor manera de salir de ellos, es entregarle nuestra vida al Señor y hacer un pacto de buscarlo por sobre todas las cosas y darle el lugar que le corresponde. Entonces Él cambiará las circunstancias y se deleitará en bendecirnos.