Llenos del Espíritu de Dios. Parte 2

Señor, a pesar de las dificultades de la vida, quiero mantener firme mi mirada en ti, lléname de tu Espíritu, rindo mi vida a tu voluntad y a tus propósitos.

“Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.” Hechos 7:54-60

La verdadera llenura del Espíritu no es simplemente un éxtasis espiritual, ni una sensación pasajera, tampoco viene producto de un rito religioso o porque algún hombre nos traspase esa llenura.

La llenura del Espíritu Santo viene de obedecer a Dios, de estar de acuerdo con su Espíritu, y, ¿Cómo vamos a estar de acuerdo con Él, si desconocemos lo que Dios dice? El estudio devocional y la oración son una de las herramientas para conocer día a día la voluntad de Dios, donde tenemos la oportunidad de pedir esa llenura, para tener la fortaleza de actuar, de tomar decisiones y de obrar de acuerdo con los principios divinos.

Esteban nos muestra que esta llenura es la capacidad, de que, a pesar de las dificultades de la vida, nos podemos mantener con la mirada y la confianza siempre puesta en Cristo. Estaba siendo apedreado, pero continuó haciendo la voluntad de Dios, predicando el mensaje de salvación y mostrando amor por sus agresores, pidiendo al Padre que no les tomara en cuenta ese pecado; es decir la misma actitud que tuvo Cristo en la cruz. Esto nos revela que “sed lleno del Espíritu Santo” es ser llenos de Cristo, permitiendo que Cristo viva su vida a través de nosotros.
Sea cual sea la dificultad por la que estemos atravesando en este momento, pidámosle a Dios nos perdone y nos llene de su Espíritu, entonces tendremos la capacidad para actuar tal y como lo hizo Esteban, agradando a Dios y amando a nuestros semejantes.