Llenos del Espíritu de Dios. Parte 1

Señor lléname de tu Santo Espíritu para testificar por medio de mi vida, tu amor, tu verdad y tu misericordia. Amén.

“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,” Efesios 5:18

Cuando recibimos a Jesús y creemos en Él (Juan 1:12), el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, somos sellados como garantía de salvación y ahora tenemos un Ayudador y guía que nos da la fuerza para cumplir la voluntad de Dios y permanece en nosotros; pero al ser seres con libre capacidad de decisión, muchas veces cedemos terreno a la carne y terminamos apagando al Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19). Él se contrista cuando actuamos sin amor, guiados por nuestra propia sabiduría, terminamos resistiendo a su voz que nos habla por medio de la palabra de Dios (Efesios 4:30-32).
Por esto el Señor por medio de su palabra nos dice “sed llenos del Espíritu”, pero muchas veces nos llenamos de otras cosas, buscamos equivocadamente otras distracciones externas para sentirnos mejor.
El problema no es que queramos distraernos y relajarnos disfrutando de las bendiciones que Dios nos ha dado, sino que el problema surge cuando cambiamos las prioridades; cuando colocamos por encima del tiempo con Dios, otras cosas, sea cual sea, estamos apagando nuestra vida espiritual. Podemos caer en un engaño espiritual sin notarlo, si primero no nos llenamos de la fuente de vida, que es Jesús y que requerimos para funcionar equilibradamente en todos los asuntos de nuestro diario vivir.

Hermano, antes de salir a trabajar o a estudiar, antes de ir a distraerte con tu familia o amigos, en oración puedes pedirle a Dios, que te llene de su Santo Espíritu; dile que vayas donde vayas, quieres escuchar y rendir tu vida a su voz, a sus designios que están escritos en la Biblia. La voluntad de Dios, es que en este mismo instante, seas lleno de su Espíritu para que camines con Él y en todo te vaya bien.