¿Libre o esclavo?
2016-11-11
1. Oración inicial
Señor, soy verdaderamente libre gracias a ti, a tu sangre derramada en la cruz del calvario. Hoy Señor lléname de tu Espíritu para comprender y vivir en la verdadera libertad que me has dado.
2. Lee la palabra de Dios
«Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.», Galatas 5:1
3. Reflexiona
La esclavitud es estar encerrado en mis propios deseos, que ellos decidan mi vida y mi futuro; es estar dependiente de la tendencia, modas y comportamientos que el mundo nos ofrece, llevándonos a ser considerados como mercancía para llevar una vida superficial y vacía; es estar encadenado por las mentiras de Satanás o el maligno, que solo llevan a robar, matar y destruir mi vida y la de mi familia.
La libertad no consiste en hacer lo que a mi manera piense que está mejor, sino en ser obediente a Dios. ¿Parece duro cierto? Si vivo sin Dios y sin sus principios puedo vivir haciendo lo que me parezca, pero seré esclavo de mis propios deseos, que cada vez querrán más alimento. Si estamos exageradamente en fiestas y licor, cada vez desearemos más, y nada llenará el vacío de buscar en goces temporales, la paz y la llenura que solo produce la presencia de Dios; terminaremos agotados, el cuerpo en algún momento nos pasará la cuenta de cobro por vivir en excesos, y otras consecuencias aún peores.
Sin embargo, tomar la libertad que cristo nos dio por medio de la cruz nos permite vivir verdaderamente libres, para hacer lo que es bueno, justo, santo; tendremos paz y seguridad a pesar de las aflicciones de la vida de las cuales nadie está exento, tendremos éxito en todo lo que emprendamos, y nos gozaremos deleitándonos en Dios y las bendiciones que Él nos da.
Si vivimos esclavos de la carne por ejemplo, nos dejaremos llevar por la fornicación; las consecuencias son enfermedades, embarazos no deseados, tener una relación basada en el egoísmo, las peleas, infidelidad y otras cosas peores. Pero si por el Espíritu de Dios hacemos morir las obras de la carne, tendremos gozo, paz y toda virtud que nos permitirá vivir constantes y tener éxito en todos nuestros asuntos.
Disfrutemos pues de la libertad con que Cristo no liberó y no volvamos nuevamente a estar esclavos en nuestros delitos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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