Libertad financiera

Amado Dios, gracias porque me has hecho comprender que tú eres el dueño del universo y todo cuanto en él existe, y me has dado el privilegio de ser administrador de tus bienes, te pido sabiduría para administrar con fidelidad lo que has puesto en mis manos. Amén

“El que confía en sus riquezas caerá; más los justos reverdecerán como ramas”
“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”, Proverbios 11:28 1 Timoteo 6:17

Uno es esclavo espiritualmente cuando hay algo que toma el lugar de Dios en nuestra vida. La esclavitud financiera existe cuando el dinero y las finanzas ocupan en nuestra existencia el lugar de prioridad que le corresponde al Creador.
El esclavo financiero tiene preocupación excesiva por las finanzas y la presión económica es tal, que no se pueden sacar las finanzas de la cabeza. En el lugar que se encuentre, vive calculando su estado económico. Es un manojo de nervios, lleno de mal genio, grita, se enoja por todo. Todo lo calcula, todo lo mezquina, sufre cuando se le da algo a alguien, incluso a los mismos de su casa.
¿Cuál es la salida si se vive esta situación? La Biblia dice que no se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas. (Mt 6:24), Dios es el dueño de todo, del mundo entero y su plenitud, y de todo lo que en él vive. (Salmo 24:1-2). El hombre fue creado para administrar desde el día que Dios lo colocó en el Jardín del Edén. La clave es que administremos bien lo que es de Dios y hacerlo a la luz de la Biblia, y entonces experimentamos paz y libertad financiera, pues Él nos da todas las cosas en abundancia.