Levantémonos y caminemos
2019-07-15
1. Oración inicial
Amado Jesús hoy quiero que sanes mi interior y me ayudes a confiar en tu Palabra. Sólo tú puedes sacarme de mi invalidez espiritual y de todo aquello que me impide disfrutar de tus promesas. Dame fe para poder cambiar mi vida. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día”, Juan 5:5-9
3. Reflexiona
En esta historia vemos las condiciones en que opera el poder de Jesús, él ordenaba y en la medida en que le obedecían, el poder actuaba en las personas. Es increíble que este hombre hubiera estado 38 años en esa condición y nadie lo ayudara. La superstición de esperar la movida del agua para meterse en el estanque y ser sanado casi molestó a Jesús, por eso le hace la pregunta al hombre: ¿Quieres ser sano?
Cuántas veces impedimos que el poder de Dios se manifieste porque seguimos aferrados a tantos esquemas mentales que no nos dejan ser libres. Creemos más lo que dicen otras personas, en agoreros y adivinos que en la misma Palabra de Dios. Acudimos a riegos, a prácticas ocultistas y hasta la brujería tratando de encontrar soluciones a las situaciones difíciles de la vida.
Tanto tiempo sin poder llegar al estanque y sin tener quién le ayudaran lo hicieron caer en un estado pasivo de desesperanza. Y en su corazón se resignó a seguir inválido y así permanecería, dependiendo de la generosidad de otros. Puede pasar con nosotros también que nos hemos acostumbrado tanto a una situación que nos parece imposible que Dios pueda hacer algo. Esto es una especie de invalidez espiritual. Dios nos ha dado su Palabra para ser libres pero no la creemos y seguimos esclavos de nuestros propios razonamientos.
La primera condición para recibir el poder de Dios es desearlo intensamente. Hoy Jesús nos puede estar preguntando: ¿Estás seguro de que quieres cambiar? Si en lo más profundo de nuestro corazón estamos conformes con nuestra situación no se producirá ningún cambio.
Jesús se dirigió al paralítico para decirle que se levantara, una manera de mover la voluntad de este hombre a hacer un esfuerzo por ser libre. Los milagros suceden cuando nuestra voluntad se mueve a hacer lo que Dios quiere que hagamos. Este hombre hizo el esfuerzo de levantarse con Jesús y sucedió lo imposible.
La prueba de la sanidad espiritual es que nos levantamos y caminamos. Si Cristo ha sanado nuestras dolencias espirituales, vayamos donde nos mande y llevemos lo que Él nos imponga, y andemos delante de Él.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn