Las promesas para el que es fiel
2023-10-25
1. Oración inicial
«Gracias mi amado Señor, porque hasta ahora no has dejado de cumplir tu Palabra, quiero ser fiel hasta el fin, y así, disfrutar de esas promesas que has guardado para el que permanece en fidelidad, mi residencia futura será la nueva Jerusalén, donde estaré siempre en tu Presencia Santa, tendré una ciudadanía en el reino futuro, todo será nuevo, puro y seguro. ¡Gloria a ti Señor!, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Apocalipsis 3:10-12
3. Reflexiona
La promesa de Cristo resucitado en este pasaje del apocalipsis es que todos los que guardan sus mandamientos serán guardados, porque la lealtad tiene su recompensa segura. La “Palabra de mi paciencia”, habla de la clase de resistencia que Jesús vivió en su vida terrenal, la resistencia de Jesucristo es algo que tenemos que aprender y que suple tres cosas en nosotros: nos provee un ejemplo, nos aporta una inspiración, nos da valentía para resistir los tiempos de prueba.
Por eso debemos caminar mirándolo a Él, que por el gozo que fue puesto delante de Él soportó la cruz y la vergüenza del calvario, Hebreos 12:1, si Él pudo dejar todo a un lado para centrarse en salvarnos, porque no dejamos a un lado la vergüenza que nos da decir que somos cristianos y compartir con otros el evangelio de salvación, entendiendo que Él nos da la entereza para resistir nuestras batallas mientras estemos en esta tierra, en Hebreos 2:18 dice: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”. El que es fiel a Cristo estará a salvo bajo su protección.
En el versículo 11 se combinan la advertencia y la promesa, el Señor nos promete venir pronto, por eso no podemos estar desapercibidos, porque Él vendrá como ladrón en la noche y tendremos que dar cuenta de nuestras acciones al que viene a juzgar a vivos y a muertos, 1 Pedro 4:5. También es un aliciente para todos aquellos que han sido fieles pero que siguen sufriendo, porque pronto llegará el final de sus angustias. Hebreos 10:37 “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”, nos exhorta a ser pacientes porque muy pronto regresará nuestro amado Jesús.
El Cristo resucitado le dice a la iglesia de Filadelfia que retengan lo que tienen, para que nadie les prive de su corona. Por eso hay que guardar el evangelio, que enseña la paciencia y perseverancia en la expectativa de su venida, Gálatas 1:9 “Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”. Cristo ahora está esperando con paciencia, hasta que el usurpador sea arrojado fuera y todos sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies, así también nosotros, su iglesia, debemos soportar este tiempo hasta recibir el gozo que se nos ha prometido en el reino venidero.
El Señor premia la fidelidad, el fiel será un pilar en el templo de Dios, un pilar de la iglesia, un soporte grande y honorable, ya no vivirá en inseguridad, se da la promesa de estabilidad serena en la paz que Jesucristo provee. Es una vida de bondad inalterable que disfrutaremos, después de tantas luchas en la tierra cuando estemos en su majestuosa presencia.
El Cristo Resucitado escribirá en el cristiano fiel el nombre de Dios, el nombre de la nueva Jerusalén y su propio nombre nuevo, haciendo referencia a que en la antigüedad cuando moría un sacerdote después de una larga vida de fidelidad, se le honraba erigiendo un nuevo pilar en el templo en el que hubiera servido e inscribiendo su nombre y el de su padre en él. Así es que esto podría referirse al honor permanente que confiere Cristo a sus fieles servidores. El sentido es que los fieles llevarán la señal inconfundible de pertenecer a Dios y de la ciudadanía de Jerusalén, la ciudad donde habita su presencia.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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