Las bendiciones me alcanzarán
2019-06-08
1. Oración inicial
Amado Padre, tiempo atrás mi vida se movió en desobediencia y que graves fueron las consecuencias y por la gracia del Señor Jesucristo he vuelto mis ojos a ti y mi oído a escuchar tu Palabra para hacer conforme a tus mandamientos, pues solo a ti quiero servir. Te amo Padre. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles”, Deuteronomio 28:13-14
3. Reflexiona
Dios le muestra al pueblo de Israel todas las bendiciones que vendrían sobre ellos pero hay un «si» condicional: “si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos” “si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy”. Dios había hecho pacto con ellos, pero eran un pueblo terco y duro de cerviz y por eso Moisés les vuelve a dar una exhortación sobre las bendiciones a la obediencia y también les muestra el juicio divino que vendría por su desobediencia. Así es como Dios le dice a Israel que ellos estarán sobre todas las naciones como cabeza, y que de ningún modo quería que fuesen sometidos por otras naciones siempre y cuando ellos cumpliesen sus mandamientos o si no vendría maldición y esclavitud sobre ellos.
Si bien, Dios está hablando al pueblo de Israel, un pueblo que le dice que siempre estará al frente, hoy vemos que las bendiciones y las maldiciones están disponibles para quienes obedezcan o desobedezcan respectivamente. Lo cierto es que la bendición y la maldición son reales y tienen efectos reales. Lo vamos en la parábola de los talentos, Jesús al siervo que produjo el doble de los talentos le dio su recompensa y le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21) y al que enterró su talento, su señor, le dijo: “siervo malo y negligente, … echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 25:20). Dios es lento para la ira, pero grande en misericordia y es de su agrado bendecir, pero él quiere que no sólo seamos oidores sino hacedores de su Palabra y que no nos desviemos ni a diestra ni a siniestra.
Ser obedientes a la voz de Dios implica dejar muchas cosas que me placen, implica cambiar el rumbo de mi vida a la luz de la Biblia y esas son decisiones que solamente yo puedo tomar, nadie las tomará por mí; entonces las bendiciones del Señor también me alcanzarán.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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